Todo lo que empieza debe terminar y, aunque Robert Kirkman nos dijo que la historia podría seguir por mucho tiempo… realmente ese tiempo ya pasó y nunca nos dimos cuenta. Han sido 16 años desde su creación y ahora… debe concluir. Muchos de ustedes quizá ya lo sabían, pero varios medios empezaron a tirar spoilers de que el número #193 sería el final de esta legendaria novela gráfica. Y es verdad, lo digo aquí, ya no debería ser un spoiler realmente, pero ¿qué significa?

Anteriormente, habíamos hablado de la trágica pérdida de uno de los personajes más importantes en toda la serie y lo que significaba para su futuro, pero poco sabíamos que su conclusión estaba a la vuelta de la esquina. Hice bien al no ahondar en el futuro a detalle, pues todos esos rumores de “Sheriff Kapoor” siendo un nuevo protagonista o villano, la posible muerte de Negan o la muerte de un desconocido ‘importante’ fueron nada más distracciones… y en cierto modo pude evitar contaminarme con esos conceptos porque la realidad llegó y pegó más duro de lo esperado.

Les advierto que a partir de aquí hablaré con spoilers, pues es muy importante entrar en detalles cuando se trata de expresar lo que siento, cuando se trata de poner en palabras lo que significa llegar al final de un viaje que ha durado muchos años, pues seguir esta historia, para mí, por tantos años, ha sido como tener a un amigo, alguien que conociste por mucho tiempo y que ya no volverá.

 

 

SPOILERS. ES EN SERIO.

 

 

 

LO ADVERTÍ. 

 

 

Muchos lo teorizaban y al final, estaban en lo correcto: hubo un salto en el tiempo, han pasado años desde lo sucedido en el #192.

Nunca vimos el funeral de Rick, nunca vimos esas hermosas palabras que esperábamos alguien debía decir sobre él, los recuerdos, sus logros, sus fallas, su legado. Nunca vimos a Carl parado con todos sus seres queridos mientras sufrían la pérdida de aquel hombre que sacrificó todo para traernos un mundo seguro. Excepto que, si pasó, al menos en este número sucede de una forma inusual.

En este número podemos ver que el mundo sigue girando y que le debe todo a Rick Grimes. Esto es algo que muchos aceptan con fe ciega y que otros detestan como “no fue solo él, ¿sabes?”. Es casi como una religión, o como si hubiese muerto un presidente, pues la muerte de Rick no fue poca cosa y muchos si lo vieron como un magnicidio… una figura tan importante se fue, así nada más.

Lo que creíamos que era una muerte sola y vacía, se convirtió en el símbolo, el ícono del mundo venidero, pues el martirio de Rick forjó una mentalidad, los contagió con la inspiración de lo que puede ser un futuro brillante.

Carl Grimes hizo lo que muchos esperábamos que hiciera: dar honor el legado de su padre, ser él mismo y encontrar la felicidad. De este modo, se quedó con la mujer que todos pensábamos era para él desde el comienzo: Sophia.

Qué momento tan glorioso y hermoso saber que Sophia, quien siempre estuvo ahí para Carl se convirtieran en una pareja tan linda, y que tuvieran una niña, a quien llamaron Andrea. Quizá no puedo terminar de poner en palabras lo que significa que le llamaran “Andrea”, pues todo el número trata del legado y la futura generación sin necesariamente querer venderte que “debe continuar con ellos”. Todo esto se mantiene fuerte y firme durante toda esta historia, pues tenemos un vistazo a Hershel Greene, el hijo de Maggie y Glenn, quien ahora corre un negocio de… zombies.

Sí, Hershel es una especie de “showman” con un circo móvil donde le muestra a la gente lo que es estar cerca de un ‘caminante’, hecho que horroriza a Carl Grimes… y así es como inicia esta historia: Carl mata a un caminante que aparece en su granja, cosa que lo asusta y lo lleva a la ira, ¿de dónde vino? ¿Qué pasó? Fue todo culpa de Hershel por extraviar uno de “sus caminantes”.

Naturalmente, Carl responde con un golpe en el rostro, llevando a Hershel a reportar la situación con… el Sheriff Kapoor. Es real, existe, pero es únicamente el sheriff del pueblo y éste le comenta a Carl que la ley es la ley y destruyó propiedad ajena… concepto sumamente aterrador para Carl, que un “caminante” fuese propiedad como un objeto, una silla, un caballo.

Una pequeña audiencia se lleva a cabo para escuchar qué sucedió y de paso castigar a Carl por su “crimen”, hasta que alguien muy importante hace su aparición, y es Maggie Greene, la Presidenta. Porque tener gobernadores y líderes no era suficiente, se eligió a alguien muy fuerte que trabajó lo suficiente para convertirse en la jefa suprema de todas las comunidades y claro, ella impone un castigo simple para Carl: reemplaza el caminante que mataste.

A Carl no le hace ninguna gracia tener que bailar al son de Hershel por haber hecho lo que hizo y que, claro, no siente ningún arrepentimiento, ¿por qué tendría que estarlo? Trataba de mantener segura a su familia y a los demás pues, sabe que es cuestión de tiempo antes de que suceda otra catástrofe, la cual Maggie asegura ya no puede volver a suceder.

Y vaya, es triste saber que un muerto caminante tiene un “precio” altísimo en el mercado, ¿pueden creerlo? Es indignante, realmente.

A todo esto, ¿cómo conseguir uno? No se han visto en zonas seguras en al menos una década, son casi un mito, al punto que Andrea Grimes nunca ha visto uno y Carl no quiere que eso suceda, no quiere que su hija sepa que algo así existe, que una realidad tan mórbida y oscura está ahí afuera, al menos hasta que puedan limpiar el resto del mundo.

Carl trabaja como mensajero y eso hace, precisamente, mientras termina encargos y piensa en cómo solucionar su problema se topa con un viejo amor: Lydia. ¿Recuerdan a esta mujer? Nosotros sí, y mucho. Llegamos a odiarla junto con Carl por sus acciones durante el arco de Los Susurradores, pero aparentemente todo esto cambió, algo los llevó a separarse y así es como Carl encontró el verdadero amor en Sophia (gracias a dios), pero tenemos un pequeño guiño de lo que sucede entre la expareja.

Lydia ahora se dedica a cuidar a la gente, tiene un rifle y todo, creo que podríamos confundirla con Andrea de no ser porque no tiene pecas en sus mejillas y que luce un poco más joven. Su personalidad ha madurado, pero sigue siendo ella, nos recuerdan que fue ella quien trató de inculcarle a Carl que sus cicatrices no tienen que ser una vergüenza y que taparlos es negar su pasado.

Podemos ver como incluso le recuerda a Carl que solía lamer su herida en el ojo (es en serio), pero Carl ya no toma esto con ninguna ligereza, ya que por un momento parecía que ellos dos tendrían algún amorío en secreto realmente no es así, vemos a Carl siendo verdadero ante su brújula moral y tener respeto por Sophia y su hija y que, de hecho, el parche que Carl usa ahora es meramente para que su hija no vea ni sepa todo lo que pasó… al menos no a ese grado de detalle.

Una cosa es esconder esos detalles pasados, pero otra muy diferente es olvidar de dónde venimos, ya que, la humildad de vivir de sobras y realmente intentar sobrevivir es algo que llevó a muchos personajes a convertirse en monstruos, en algo peor que un muerto caminante. Ya no más.

Guiños por todos lados, desde la mención de Jesus y Aaron (la pareja más consistente y estable en toda la serie), la casa de Negan (oh sí, más de esto adelante) y claro, la visita a Eugene, quien al parecer no se cansa y dedica sus esfuerzos para echar a andar el proyecto que imaginó junto con su pareja, Stephanie… quien ya no está más con nosotros. Nunca se menciona qué le pasó, pero Eugene no lo dice con tristeza, como si fuese una muerte natural.

¿De qué proyecto estoy hablando? ¡Ferrocarriles! En los últimos números, Eugene y Stephanie tuvieron esa idea al verlos e imaginaron que quizá echarlos a andar no sería una locura, pero ahora es una realidad y parece que existen otras comunidades e incluso alianzas, planes para unificar todo por medio de ferrocarriles.

La civilización existe una vez más y todo fue gracias a Rick Gimes, aunque Laura no parece estar muy contenta al respecto, y por si no la recuerdan, era la tipa con mil aretes y medio rapada que era parte de los Saviors y seguía a Dwight con devoción. El hecho de que Rick matara a Dwight creó un rencor increíble en ella y jamás lo olvidará, por lo mismo no puede darle el crédito que se merece.

Pero ¿qué crédito merece Rick Grimes? Esto es algo que nos van recordando conforme avanza el número, pues cuando Carl regresa a casa es arrestado casi inmediatamente… ¿por qué?

Evité mencionarlo, pero Carl decide matar a todos los caminantes del show de Hershel para hacer lo correcto y protegerlos a todos de un posible accidente, porque si se le escapó uno, puede pasar de nuevo, puede ocasionar algo muy malo. Así es como Carl es convocado a Commonwealth para una audiencia con la Juez Hawthorne, alguien que incluso Carl menciona con cierto miedo y respeto.

Una vez llegando a su audiencia nos enteramos de que esta persona es la mismísima Michonne, quien tuvo su papel como abogada en los últimos números, ahora perfectamente establecida como la juez de la Suprema Corte. ¿Aterrador? Claro, ella usaba una espada para pelear, ahora la usa para enjuiciar, metafóricamente.

Carl es concedido con la oportunidad de explicar sus razones, cosa que hace con bastante energía, al querer recordarle al mundo que esas cosas, esos muertos caminantes no deberían existir como entretenimiento, deberían ser exterminados y que, Rick Grimes no murió “para esto”. Las acciones debieron tomarse por el bien común (¿vieron lo que hice ahí?), porque no vio ningún mueble valioso, ni ganado, ni un hermoso árbol, para Carl era una cosa que tomó la vida de quienes más quería.

Indignado con la orden de “reemplazar” la propiedad destruida, decidió tomar acción por su propia mano y explica perfectamente que eran un peligro mayúsculo, y como mensajero, sabe que esos peligros existen todavía, pero la gente parece estar olvidando, pero el no, sobre todo por el hecho de que tiene una familia, una hija.

Quizá Michonne vio en Carl lo que Rick solía ser y entendió que ese discurso fue casi salido de la boca de su padre, de este modo declara que la acción de Carl fue justificada y que usar a los caminantes muertos como entretenimiento será un acto ilegal. Y vaya, que hacía falta que alguien con autoridad declarara algo de este calibre, recordando una frase que vimos hace 16 años: “En un mundo gobernado por los muertos, somos finalmente forzados a empezar a vivir”.

¿La recuerdan? Fue la frase que inició todo esto, y leerla en el último número me hace sentir cosas que no sabía que podía sentir, esa sensación de legado, del recuerdo, de la vivencia, es lo que hace este momento tan especial… porque no ha terminado.

Carl es el dueño de la espada de Michonne, la cual conserva afilada “por si acaso”, y fue la misma que utilizó para matar al caminante que se acercó a su granja, de igual modo podemos ver como es que Michonne ha madurado con el paso de los años, que ella misma ya no se considera a sí misma como “Michonne”.

Adoptó el apellido de su exmarido porque cree que se lo ha ganado, porque lo que antes era el recordatorio de un matrimonio fallido y la pérdida de sus hijos, es ahora el recordatorio de que sobrevivió, encontró a su hija y maduró como persona. Pasando de ser una persona que cargaba con el peso del mundo, hablando con fantasmas, alejando personas, es ahora una persona ejemplar, líder, la prueba viviente de que podemos seguir avanzando y encontrar la felicidad.

Carl y Michonne saben que Rick no logró todo solo, fue gracias a la ayuda de sus amigos y la confianza que pudo establecer que el mundo fue reconstruido, pero también saben que quizá el resto no le dará nunca el crédito que merece, porque jamás vieron a Rick en sus peores momentos, jamás lo vieron en la prisión, jamás lo vieron perder su mano, jamás lo vieron perder a su esposa y su hija, jamás lo vieron enfrentar al mayor enemigo que ha conocido, jamás lo vieron perder al amor de su vida, no lo vieron en sus últimos momentos mientras moría solo.

Hershel confronta a Carl una vez más, para decirle que su show no era meramente uno por diversión, era un negocio, un servicio, y existía como un recordatorio de que la gente debería tener miedo, que deberían apreciar lo que tienen, lo que existe y que realmente él nunca conoció a su padre, que todo lo que tiene de recordatorio es él mismo, él es su legado y que ya no tiene nada más, ni siquiera el miedo para conectarse con Glenn.

En un momento de silencio podemos ver como niños groseros y conformes con lo que tienen se burlan de Carl por su parche y lo comparan con un pirata, pero uno de ellos lo reconoce y menciona que es Carl Grimes, un sobreviviente de “Las Pruebas” y significa que hizo sacrificios para que todos tuvieran lo que ya tienen, seguido de una disculpa por el mismo niño… y entonces, lo tenemos… la estatua de Rick Grimes, su viva imagen como una leyenda, como un héroe.

Carl no aprecia del todo cómo lo hicieron, pues luce más “cool” de lo que era realmente, y así es como la gente quiere recordarlo, un detalle que, a pesar de todo, roba una última mirada de Carl al retirarse y regresara casa.

Eso nos lleva a un bello momento, el instante en el cual Carl se da cuenta cuál es el verdadero crédito de Rick, nuestro protagonista ambiental, pues apreciar lo que ya tienen, esa paz, esa tranquilidad, ese mundo sin sufrimiento es lo que realmente entregó. Mientras Sophia y Carl declaran su amor mutuo, la pequeña Andrea los interrumpe porque quiere Carl le lea una historia antes de dormir, llevándonos al elogio fúnebre más hermoso que he leído en años, pues es realmente una “historia” que Carl le cuenta a su hija, le habla sobre Rick y que no es una historia de terror… es una historia sobre esperanza.

 

“Un día, hace mucho tiempo, los muertos decidieron que ya no estarían muertos. Nadie sabe por qué, y no te avergüences, asustó a todos. Nadie sabía qué estaba pasando, o por qué… pero la vida cambió.

Todos fueron puestos a prueba, es por eso que esta época fue conocida como “Las Pruebas”, quizá has escuchado a tus padres hablar al respecto. Era una época aterradora y muchas personas buenas y fuertes se perdieron durante el camino.

Ellos empezaron a olvidar quienes eran, incluso empezaron a olvidar lo que era bueno y malo. Solo estaban preocupados por sobrevivir. No había tiempo para seguir las reglas. Casi nadie se lavaba los dientes o dormía a sus horas.

Una gran oscuridad cayó en el mundo y volvió tristes a todos. La gente no sabía si las cosas volverían a ser normales, muchos estaban seguros de que jamás sucedería… y se volvieron más tristes… y malvados.

Cuando las cosas estaban en su punto más oscuro… un hombre llegó. Alguien que había sido herido por las pruebas, pero no dejó que eso lo pusiera triste, no todo el tiempo al menos, pues todos sabemos que está bien estar triste a veces.

Rick Grimes tenía una idea. El sabía que si todos nos manteníamos juntos y hacíamos amigos en lugar de enemigos… podríamos lograrlo todo, incluso reconstruir el mundo.

Hizo amigos y perdió amigos mientras cruzaba el país. EL conoció gente que creyó que serían sus amigos, pero resultaron ser malos. A veces tenía que herir a los malos para proteger a sus amigos. A veces el estaba aterrado de que se estuviera convirtiendo en una mala persona.

Pero nunca lo hizo, y les enseñó a otras personas como evitar que las pruebas los conviertan en villanos, inclusive conoció gente mala y los convirtió en sus amigos. Rick viajó muy lejos, siempre con sus amigos y siempre lo hicieron más fuerte. Lo mantenían seguro. Y les enseñó a otras personas como hacer amigos y como hacerlos más fuertes y seguros.

Las Pruebas hicieron enojar a la gente tanto que algunos sólo querían pelear, pero Rick sabía que esto estaba mal. Les mostró como ser amigos. 

Las Pruebas fueron una época peligrosa… ni siquiera Rick las sobrevivió. Pero fue capaz de mostrarnos el camino con sus enseñanzas, las pruebas terminaron… y la vida regresó a la normalidad. ¡Ahora tenemos helado otra vez! La gente está feliz en lugar de triste, y segura en lugar de asustada, es amable en lugar de enfurecida. Todo porque alguien fue suficientemente fuerte para hacerlo que era correcto. Donde quiera que estés, lo que sea que estés haciendo… estás aquí, vivo y seguro por Rick Grimes.”

Una breve lágrima de Carl se muestra, en paralelo conmigo, al leer todo eso, y le recuerda a Andrea que se hubiera llevado muy bien con su abuelo, que el libro es sobre él. A manera de broma, Andrea le dice que ya sabe, que siempre se lo dice… pero que se lo vuelva a leer, con una sonrisa de mejilla a mejilla.

El momento más bello es ver la última página, Carl con su hija en piernas, leyendo un cuento, sentados en una mecedora.

Este mismo instante es el que Robert Kirkman imaginó hace 4 años, el final perfecto que imaginó que debería llegar pero que no sabía cuándo ni cómo, pero debía llegar de alguna forma, y aunque el mismo declara que quería llegar a un número magistral como el #300, algo que muchos escritores ansían obtener, un número cerrado e importante para mantener su legado… pero no, Kirkman sabía que no podía rellenar la historia con desviaciones o tonterías, sabía que la historia había llegado a su fin y lo sintió cuando escribió las últimas palabras.

A manera curiosa, Robert tenía otro final en mente, uno muy tétrico y oscuro, que hasta la fecha no le enorgullece. El quería que acabara cuando Rick declara que todos deben permanecer juntos en Alexandria, acto seguido de mostrar una estatua suya, con grietas y signos de desgaste… y entonces, el mundo hecho trizas, mostrando que efectivamente Rick logró reconstruir el mundo pero que al final, los muertos ganaron y acabaron de nuevo con la civilización… esta vez para siempre.

Ese era un final débil y que realmente los fanáticos estamos felices de que nunca se llevó a cabo, en cambio vimos un final feliz, completo, redondo, la recompensa hacia los personajes y los lectores que llevamos años esperando a que por fin algo bueno suceda, algo decente les depare en lugar de miseria y desesperación.

Era un tropo bastante común pensar que un personaje encontraría su perdición cuando por fin era feliz, llevando a la popular frase: “Nadie merece ser feliz en TWD”. Hoy, Robert Kirkman nos demuestra lo contrario, porque podemos ver a personajes como Aaron, Jesus, Princess, Mercer, Eugene, Negan, Magna, Maggie, Michonne (¡es abuela!), Elodie, Laura, Lydia, Hershel e incluso Sebastian Milton a salvo, vivos, y aunque no todos son enteramente felices, la gran mayoría puede vivir en paz sin miedo a ser atacados o tener que luchar por sobrevivir.

El final de esta serie es algo necesario, un final correcto, que existe para no desgastar la formula y rendir respeto al legado de los personajes y su historia, para entregar este regalo absoluto. Al final del día, Rick Grimes existía en todos nosotros para recordarnos que somos humanos, que existimos para cometer errores y aprender de ellos, para ayudarnos a reflexionar y darnos ese mensaje: podemos ser mejores.

No se trata de un mensaje motivacional, se trata de hacernos entender lo que nos convierte en lo que somos y cómo perseguirlo, en cómo debemos valorar lo que tenemos y en cómo a veces nuestros amigos son más que eso, son familia.

Un número muy especial y suficientemente largo para permitirnos despedirnos de este universo, de The Walking Dead. Un final digno.

¿Qué opinan del final? ¿Fue suficiente? ¿Quedó a deber? ¿Era lo que esperaban? ¿Lo vieron VENIR?

Yo no, y me enteré solo un día antes de leer este número, y vaya, que el final se siente como si un amigo hubiese muerto. Pero lo que queda es el mensaje, el legado.

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