“THE WALKING DEAD” PIERDE A UN PERSONAJE MUY IMPORTANTE

Para muchos, The Walking Dead es Andrew Lincoln y AMC, una serie que empezó con calidad inmaculada y fue descendiendo en un espiral de tramas mal ejecutadas, pésima fotografía y oportunidades desaprovechadas. Pero… para otros, el trabajo de Robert Kirkman inició en forma de una novela gráfica post apocalíptica publicada en Image Comics, con la representación visual del artista Tony Moore y posteriormente reemplazado por Charlie Adlard, quien, hasta la fecha, le pone rostro y expresión al mundo que creó Kirkman.

Por años hemos seguido las historias de Rick Grimes, un alguacil en Kentucky que se ve envuelto en situaciones aterradoras, como los muertos caminantes, o “walkers” como les llaman. Esta versión de los zombies no son realmente el punto importante, pues realmente se trata de la interacción, el efecto emocional y las consecuencias dramáticas que sufren los personajes tras perderlo todo y luchan por sobrevivir.

Rick conoce a muchos personajes memorables como Glenn, Tyresse, Andrea, Eugene, Abraham, Jesus, Michonne, Ezekiel y más… realmente es una serie con personajes ricos en personalidad y en motivación, que son parte de muchos arcos argumentales muy interesantes e intensos.

LA MUERTE NO ES EL FINAL

¿Saben qué pasa cuando mueres? Regresas. Pero no en forma de fichas… regresas como un cascarón de lo que solías ser, con una lujuria por destrucción, únicamente pensando en comer carne viva. Sí, este concepto de zombie “lento” y mordelón es el que causó el fin del mundo.

 ¿Cómo nos afecta a los que seguimos vivos?

Pues, aunque algunas personas regresen y después tengamos que volver a matarlos… ¿qué pasa si esa persona era alguien cercano a ti? Tu pareja, tu mamá, tu hijo… ¿cómo te rompes por dentro al tener que ser tú quien los tenga que sacar de su miseria? ¿O que pasaría si tuvieras que elegir entre la vida de alguno de ellos? ¿Cómo lo harías? Y al hacerlo ¿qué persona serías después de tomar esa decisión?

Podemos añadir otro ingrediente a la fórmula ¿qué pasa si alguien intenta robarte y mata a uno de los tuyos? ¿qué harías? ¿Qué pasaría si un grupo adversaria atenta contra la seguridad de tu grupo? Y… por último ¿qué pasa si eres el único en sobrevivir? ¿Matarías?

Esta es la esencia de The Walking Dead.

Todas esas son las preguntas importantes en la obra de Robert Kirkman, una novela gráfica que existe para mostrarte que tan bajo un ser humano puede caer, pero también para demostrar que muy a pesar de las circunstancias miserables y letales, las personas pueden hacer la diferencia y tomar acciones positivas.

Y siempre, las acciones positivas deben pesar más que las negativas, deben existir únicamente para inspirar al prójimo a hacer lo correcto ¿verdad?

Esta breve semblanza sobre TWD que acaban de leer es únicamente para prepararlos, porque las cosas que les voy a decir a continuación les romperá el corazón, por lo tanto… pónganse firmes, aguanten sus lágrimas y sepan que el territorio al que entraré es de SPOILERS.

Están advertidos, aquellos que no han leído la novela gráfica, esta es la oportunidad de no avanzar.

¿Seguros que quieren seguir?  SON SPOILERS

Muy bien, no digan que no les avisé.

Rick Grimes está muerto.

Muerto-muertro, no desaparecido, no en un helicóptero camino hacia quién-sabe-dónde. El hombre que inspiró a las otras personas a seguir adelante, reconstruir el mundo y declarar que ya no son los “muertos caminantes” se ha ido, y en la forma más poco ceremonial y deprimente posible.

El capítulo #192 en The Walking Dead continúa donde se quedó el anterior, pues se había mostrado como Sebastian Milton, el hijo de la gobernadora Pamela Milton, había jalado el gatillo de su 9mm en el pecho de Rick mientras dormía cómodamente en sus aposentos.

Si no saben quién es Sebastian Milton, resulta que Eugene descubrió una nueva comunidad conocida como “Commonwealth” (riqueza común), la cual aparentemente tiene calidad de vida muy superior a la que tienen nuestros protagonistas en Alexandria o Hilltop. Después de viajar a Commonwealth, conocemos a Pamela Milton, la gobernadora (ojo aquí) de esta comunidad, que aparentemente todos viven felices, teniendo una vida similar a la que solía ser: trabajos designados, casas propias, conciertos, entretenimiento, etc.

¿Cómo era esto posible? Una vida como solía serlo antes, con guardias armados y preparados para lidiar con hordas de caminantes y suficientemente aptos para cuidar a miles de personas. El paraíso, un sueño hecho realidad, algo que Michonne vio como el oasis del desierto, pues encontró a su hija perdida que creyó muerta y ahora tiene un puesto designado como abogada (lo que solía hacer antes de decapitar zombies con una katana).

Pamela vive como una reina, literal su puesto político del viejo mundo le brinda los beneficios en el nuevo, guardias, acceso a todo, toma de decisiones y claro, un hijo prepotente y maleducado que abusa de todas las personas por considerarlos “inferiores” o “menos que él”. Esta persona responde al nombre de Sebastian, y cuando vio que perdería todos sus beneficios cuando su madre fue derrocada como gobernadora decidió que matar a Rick Grimes le regresaría la vida de lujos y comodidades que ya tenía… nada más alejado de la realidad.

En el fondo, todos queríamos que Rick sobreviviera, que ese disparo no le haya dado en un punto vital y que fuera operable, que Sebastian se diera cuenta de su error… pero no, el capítulo inicia con Sebastian aterrado por su propia acción que no ve otra opción que acribillar a nuestro indefenso protagonista, soltar su arma y huir de escena.

Es aquí cuando el hombre de la razón, aquel que perdonó a su más grande enemigo, pierde la vida a manos de un insensible egoísta y envidioso que no ve por alguien más que no sea él mismo.

EL MUNDO SIGUE GIRANDO

Lo más deprimente de todo esto, es que Rick no tuvo una “muerte épica” ni fue un sacrificio por el bien común, fue una muerte innecesaria y anticlimática que nadie de nosotros vio venir de esta manera aunque sabíamos que eventualmente pasaría. Todas las señales estaban a la vista, siempre una alarma de peligro sobre Rick ante esta guerra que fue derrocar a Pamela de manera pacífica siempre hubo momentos en los cuales nuestro protagonista tuvo la muerte en la cara y no se concretó, no se firmó.

La pérdida de Rick es inversamente proporcional a la muerte de Andrea, quien se convirtió en esposa de Rick durante su estadía en Alexandria. Andrea Grimes (sí, adoptó este apellido) sobrevivió 165 capítulos y fue mordida por un caminante mientras protegía a Eugene de estos tras el ataque de Beta de Los Susurradores. Su muerte fue conmovedora, realmente dolió cuando Andrea revela ante Rick que fue mordida y que no le queda mucho tiempo… entonces todos mostraron sus respetos (incluido Negan, el anterior villano de All Out War), quien le dijo que hubiera sido un honor morir ante ella y que ella realmente pateaba traseros.

Andrea murió rodeada de sus seres queridos, realmente… una buena muerte, lo que uno quisiera poder tener en un mundo tan cruel como en el que viven nuestros protagonistas. Rick Grimes murió solo de manera poco ceremonial… y realmente es perfecto. En un mundo así, en una obra tal como lo es The Walking Dead, nadie tiene el lujo de morir como uno quiere o irse en una explosión de gloria para salvar a la mayoría.

Y quizá el punto más triste, es que Carl Grimes, su hijo, despierta en la mañana siguiente con muchas ganas de ver a su padre después de pasar una temporada alejados por el tema de la alianza con Commonwealth, éste entra a su habitación y se topa con Rick… quien ha sido reanimado como zombie. Carl instintivamente le da un disparo en la cien a su padre para acabar con su miseria… acto que posteriormente reverberaría en su conciencia. El disparo llamó la atención de los guardias, quien encontrarían el arma de Sebastian.

LA FUENTE PODRIDA

Al inicio todos parecen estar muy serios, pero el shock de la situación no les permite realmente reaccionar, sufrir o sentir la pérdida de un personaje que ha estado con ellos 4 años (o toda una vida, en el caso de Carl). Finalmente dan con Sebastian como autor del homicidio y su madre acepta en llanto que sea puesto tras las rejas el resto de su vida por su acto malicioso.

Carl está “OK” con esto, no tiene algo más que decir, lo que obliga a Pamela a cuestionar o pensar si Carl buscaría venganza… y sí, pero no en la forma más convencional.

Vemos el eco del pasado, recordamos a Negan que mató brutalmente a Glenn con su famoso bat con alambre de púas, Lucille, creando una guerra entre Los Salvadores y los sobrevivientes de Alexandria, Hilltop y The Kingdom.

Muy a pesar de los crímenes realizados directamente por Negan, por su crueldad y su falta de humanidad, justo cuando Rick logró derrotarlo, no lo mató. Decidió encerrarlo por el resto de sus días para que recordara en carne propia sus acciones y supiera que no puede ser parte del nuevo mundo, del próspero y brillante futuro. Rick era alguien que había tocado fondo, que supo en algún momento que el mundo no tenía esperanza, pero que luchó para encontrar razón en la vida y que eventualmente, los sobrevivientes no eran los muertos caminantes, haciendo eco a una de las escenas más memorables en toda su historia de publicación.

Así mismo, Carl decide visitar a Sebastian en la cárcel, solo para escuchar comentarios llenos de auto compasión por parte de este, únicamente para recibir desprecio y un recordatorio de que Rick le mostró al mundo como ser una mejor persona, cómo ser civilizados. Por lo tanto, no buscará venganza, no tomará su vida pero que, si decide escapar en alguna manera, Carl lo cazará y lo lastimará mucho, sólo para regresarlo a donde merece estar, tras los barrotes de un espacio miserable y sin futuro.

Aún en el shock y en el momento tenso de la ira, deciden llevarse el cuerpo de Rick a Alexandria para poder enterrarlo con la gente que el amaba, es entonces cuando Carl representa a la audiencia, el momento donde “paramos” de leer solo para sentir las acciones y los trazos de Adlard: Carl está roto.

Carl ya no puede, la pérdida es demasiado grande, demasiado profunda, no está de acuerdo en que su muerte haya sido tan triste y en manos de un don nadie, que justo cuando las cosas empezaban a fluir y que la solución pacífica había funcionado… Rick no estuviera allí para disfrutarlo.

Terminamos el capítulo con esta frase: “Ya no puedo más”.

Cuando alguien ha sido fan de un personaje por tantos años (desde 2003, para ser exactos), ver su muerte es algo impactante, fue el momento en el cual la negación invade tu mente con frases como: “no no no no no” o “no así, por favor, Kirkman”.

Pero es real, y la muerte en TWD es permanente, las consecuencias son verdaderas y su calidad narrativa inmejorable. Es aquí cuando quienes pensaban que la serie se estaba ablandando, estancando o que todo se volvió más sobre política tienen que limpiarse las lágrimas o mostrar sus respetos, pues el giro realmente dolió en la peor de las formas.

El círculo se completó, la historia y las lecciones de Rick llegaron a su cumbre, por eso se ha ido.

Esta es la oportunidad de Kirkman para “reinventar” la historia, para enfocar nuestros ojos en alguien más, con una brújula moral diferente, con motivaciones que vayan más allá de lo que ya vimos con Rick, y quizá así quienes piensan que lo establecido aburre, puedan conocer una cara completamente distinta… sólo esperamos que no sea Jeffrey Grimes (su hermano) quien venga a tomar la batuta pero, nos conformaríamos con Negan si es que deciden arriesgarse así (aunque se habla del Sheriff Kapoor).

Cabe mencionar que Kirkman nos dio este spoiler hace años: “Rick Grimes va a morir, pero la historia continuará sin él”.

Y aunque Rick se fue, todos aquellos que lo conocieron muestran sus respetos y deciden emprender viaje junto con Carl para darle el funeral que merece, así como nosotros los lectores, recordamos todo lo que tuvo que vivir para enseñarnos a todos que el mundo vale la pena salvarse y la vida, ciertamente, merece vivirse.

Adiós, vaquero.

¿Qué piensan ustedes de la muerte de Rick? ¿Lo vieron venir? ¿Qué muerte querían que él tuviera? Dejen sus comentarios.