El universo es demasiado grande como para preocuparnos por ayudar a los débiles e indefensos, pero tal vez si en tu corazón aún hay algo de empatía, amor y tal vez arrepentimiento, quizás puedas encontrar un momento para hacer lo correcto…

Chorus es un juego que nos obsequia esa dulce sensación de un mundo abierto que podemos explorar con toda la prisa o tranquilidad que queramos mientras avanzamos a través de una historia que se ve adornada por decenas de misiones secundarias. 

La narrativa gira alrededor del ‘Círculo’, una especie de religión que amenaza a todo aquél ser viviente que no comparte sus creencias. Nosotros como jugadores tomamos el control de Nara y su nave Forsaken, con una única misión: reunir todas las fuerzas posibles de la resistencia para contraatacar al Círculo y liberar al universo de su opresión. 

Demasiado misticismo

La historia del Chorus está infestada de momentos místicos y diálogos que giran en torno a la deidad suprema del universo, el Círculo. Personalmente este argumento me parece bastante tedioso para una trama, pero tal y como dije, es bastante personal. 

El juego forja adecuadamente las razones por las cuales su historia se desarrolla y siempre queda claro el por qué y para qué estamos luchando. En muchas ocasiones podrías sentirte perdido al no escuchar un par de diálogos, lo cual es malo, pero en este caso el gameplay y la narrativa no van tan de la mano, así que puedes darte el lujo de distraerte unos minutos.

¡A la… velocidad… de…

Los primeros minutos de juego pueden resultar monótonos, demasiado, incluso al punto de pensar que el juego carece de mecánicas atractivas o de una profundidad que nos garantice esa diversión o emoción que buscamos de un juego de ciencia ficción en el que controlamos una nave espacial con metralletas, misiles, escudos de energía y unas cuantas habilidades de fantasía… pero me es grato informarte que lo anterior no podría estar más equivocado.

Al desbloquear las habilidades suficientes el gameplay toma una dirección completamente diferente. Ya no es simplemente perseguir unas cuantas navecitas una tras otras, sino usar todas las herramientas disponibles para hacerlo rápidamente, eficientemente y, sobre todo, con estilo.

El combate se vuelve muy dinámico y las posibilidades para derrotar a los enemigos se expanden una vez contamos con nuestra metralleta, rayo láser, misiles y una habilidad para hacer una especie de barrido que nos permite maniobrar y atacar a las naves detrás de nosotros.

¿Ambientación? ¡De sobra!

El universo que nos ofrece Chorus es enorme y, afortunadamente, ampliamente explorable. Los distintos escenarios cuentan con plataformas que permiten explorarlos rápidamente, aunque también puedes tomarte el tiempo para ver cada detalle, cada asteroide y cada secreto que el juego tiene para ofrecer.

En Chorus podrás ver de todo, estaciones espaciales, naves de la Resistencia y del Círculo, miles de estrellas y planetas enormes en la distancia, además de otros humanos que necesitarán de tu ayuda para restablecer el órden en sus colonias.

Es difícil encontrar un aspecto en el que la puesta en escena de Chorus falle, así que me limitaré a decir que es magnífica.

Gráficos e interfaz

En ocasiones los indicadores del juego no dejan muy en claro dónde están los puntos de interés o elementos de algunas misiones, lo cual entorpece el flujo del gameplay en ocasiones. Por suerte esto no sucede con nuestras indicadores de municiones y habilidades, ya que dichos están diseñados a la perfección para dejar en claro cuando algo está en enfriamiento.

Los gráficos de Chorus son superiores a los de otros juegos del estilo. Las naves y los efectos especiales como explosiones, energía y otros tipos de “auras” se ven fluidas y detalladas. 

Y como si no fuera suficiente, el título nos ofrece gráficos hasta 4K.

¡PEW PEW PEW!

Como mencioné anteriormente, el combate es entretenido a partir de cierto punto en el juego. La variedad de enemigos te obliga a usar las distintas armas y herramientas en diferentes situaciones para no arriesgarte a que tu y tu nave sean explotados en miles de pedacitos. 

Usar el mouse para apuntar puede ser desafiante al inicio, pero tratándose de naves pequeñas y rápidas, es entendible. Existen otras más grandes pero más lentas, las cuales tendrán ciertas ventajas como escudos o naves protectoras a su lado, pero sufrirán de su baja velocidad y capacidad de maniobrar. 

Tanto nuestra nave como su armamento son mejorables y personalizables, así que vale la pena esforzarse por hacer las misiones secundarias y explorar para encontrar materiales útiles para adquirir dichas mejoras.

¿Al finito y más allá?

Chorus es un juego simple y divertido, con mecánicas no muy profundas o detalladas, pero igualmente satisfactorias. Podrás explorar el oscuro y peligroso universo mientras derrotas a decenas de naves enemigas, mejoras tu armamento y ayudas a los que más lo necesitan durante una inminente y letal guerra. La acción rápida y frenética y una ambientación extraordinaria siempre estarán presentes durante tu tiempo jugándolo. 

El aspecto negativo a mencionar es el que sufre la mayoría de juegos con misiones secundarias: son repetitivas. “Protege esto”, “elimina a estos enemigos”, “recolecta aquello”, “encuentra a estos tontos que se perdieron”. Pero aún con esto, mi comentario final es que lo juegues y lo disfrutes tal y como yo lo hice.

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