Comenzar con esta reseña es complicado debido a que The Dark Pictures Anthology se ha convertido en una de mis franquicias favoritas en lo que a videojuegos de terror y suspenso con eventos quick-time se refiere, pero lamentablemente la entrega más reciente de la franquicia no supera a las anteriores e incluso podría decir que es apenas considerable para recomendarle a alguien quien ya está enganchado con la franquicia o el género de terror. Pero no voy hablar por hablar, obviamente voy a contarte el por qué de este comentario tan pesimista. Acompáñame a recorrer una historia, sin spoilers, llena de misterios, bugs, personajes robóticos, escenas sin sentido y unas cuantas muertes en The Devil In Me.

El primer y más grande fallo de esta entrega en la saga lo encontré en los personajes, pero no en sus personalidades o desarrollo, sino en su aspecto técnico. Constantemente podemos verlos faltos de vida, como si fueran robots, que no reaccionan adecuadamente a lo que está sucediendo en pantalla. También vi en más de una ocasión como los personajes atravesaban algunos objetos y las texturas de una de sus ropas se enciman o atravesaban a otras. Claro que esto pasó en otras entregas de la franquicia, pero no tan notablemente como en esta ocasión.

Ocasionalmente el juego daba tirones al cargar ciertos escenarios o escenas a las que se hacía un zoom-in, con un susto incluido. Y ya que estamos hablando de aspectos técnicos, me atrevería a decir que los gráficos no mejoraron, sino que empeoraron un poco, poquito, casi nada. No es algo que suele pesar mucho (para mí) en un juego de terror con una historia trazada a detalle, pero debo mencionarlo porque la calidad de los gráficos apunta siempre hacia más, no a menos. Dejando de lado que los personajes parecían no tener vida en varios momentos a lo largo de la partida, al menos se les puede ver desarrollarse un poco gracias a nuestras decisiones. Realmente vemos unos deslices en su personalidad gracias a las decisiones que tomamos, aunque acaben muertos por precisamente nuestras decisiones.

Aquí es donde entra una nueva mecánica interesante de The Devil In Me. Pero para contar más al respecto debo contar un poco de quiénes son, obviamente sin spoilers. Nuestros personajes pertenecen a un estudio y cada uno tiene un rol distinto: director, fotógrafo, técnico, narrador e ingeniero en audio. Cada uno de ellos cuenta con herramientas distintas que podremos usar en diversos momentos cruciales para la trama. Desde un encendedor para alumbrar un poco nuestro alrededor hasta un inhalador para no morir a causa del asma. Esto es algo “nuevo” para la saga pero no para el género, aunque queda bien con la puesta en escena de The Devil In Me. Los objetos pueden generar cambios drásticos en la trama, desde encontrar información extra acerca de la historia hasta salvarle la vida a uno de los protagonistas.

La historia comienza muy, pero MUY lento, al punto en que se vuelve tedioso, sobre todo si consideramos que es sumamente predecible y obvia. De hecho la premisa me hizo cuestionarme si lo predecible de una historia la vuelve automáticamente en una mala historia. ¿Mi pensamiento final al respecto? No, no necesariamente es mala por ser predecible, pero sí se vuelve un poco aburrida. Un asesino serial jugando con sus víctimas en una casa-laberinto al estilo Jigsaw (Juegos Macabros) no es algo muy nuevo que digamos.

The Devil In Me es el juego más largo de la franquicia, mi primera partida duró casi siete horas. Por más que me concentré en avanzar para completar el juego, se sentía interminable. Era como estar en un simulador de caminado, buscando objetos coleccionables en todos lados mientras tenía a un asesino acechándome. Revisando el historial de Steam, tenemos diez horas de juego registradas, pero esto es de al menos dos o tres partidas jugadas para explorar más decisiones y finales.

The Devil In Me nos hizo llegar a las siete horas para apenas terminar una partida y con tres personajes bien muertos. Lo único rescatable de la historia, dejando de lado lo larga o predecible que podía ser, es que es algo diferente a lo que Supermassive Games nos ha estado entregando desde hace años: fantasmas y monstruos.

El asesino serial que nos persigue es tan humano, o eso parece (porque aguanta cosas que ni Rambo pudo), como nuestros propios personajes, y pueden hacerle frente de cierta forma, ya sea física o intelectualmente a pesar de estar en completa desventaja. No sé si soy yo o el juego en general, pero no me incitó a jugar una segunda partida. En más de una ocasión sentí que realmente no tenía alternativas buenas para elegir y que las opciones de elección no eran adecuadas para la situación.

Por ejemplo, uno de los personajes estaba en una habitación en la que el asesino entraría pronto, el juego dijo “escóndete” y traté de esconderme en más de tres lugares realmente buenos para hacerle. Lamentablemente el juego dijo “no, esos no cuentan” y, estando de cara a cara al asesino, el juego se convierte en una cinemática y de la nada el asesino está detrás de mi personaje y lo duerme con un pañuelo con “algo”. 

Definitivamente hay muchas cosas que pudieron haberse hecho mejor, desde el movimiento de los personajes, los gráficos, el cómo se presenta la historia y cómo interactuar con ella, y la toma de decisiones en momentos críticos. No es el mejor juego de la franquicia, ni de lejos, pero tampoco es el peor de ellos, aunque poco le faltó.

¡Compártelo en tus redes!

Imagen de cookies

Este sitio web usa cookies, se usan para personalizar el contenido, mejorando la experiencia en el sitio y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico.