STRAY es un éxito en ventas y en críticas, tanto del lado de la comunidad como de la industria. Actualmente cuenta con más de 41,000 reseñas de Steam mayormente positivas. Hoy vengo a contarte acerca del por qué este juego parece ser tan simple pero termina siendo todo lo contrario, brindando una experiencia casi perfecta y dándonos una importante lección.

Este título nos pone en la piel de un gato perdido, solo y separado de su familia. Un gato callejero que debe resolver un misterio para lograr escapar de una ciudad olvidada y encontrar el camino de vuelta a casa.

El juego te permite moverte, correr, brincar… y ya. Estas acciones son las únicas que afectan al gameplay directamente ya que debemos explorar el escenario para avanzar en la historia descubriendo pistas. Hay otras acciones que están ahí para dar profundidad al juego de otras formas. Por ejemplo, puedes maullar. ¿Y qué provoca esto? ¿Temor en nuestros enemigos? ¿Ternura en nuestros aliados para que nos den items? Para nada.

Otra acción inservible de nuestro gato es poder descansar en un montón de almohadas o camas; también puede beber agua de algunos charcos o fuentes e incluso afilarse las uñas en alfombras, cortinas o muebles. Y de nuevo: esto no sirve de nada. Es simplemente para recordarte: oye, eres un gato. Tal vez el mundo se esté yendo al demonio, pero tómate un momento para apreciar el entorno, la puesta en escena y de paso rascar unas cortinas.

Mientras algunas de estas acciones parecen realmente inservibles, otras se vuelven necesarias para ciertas ocasiones. Por ejemplo tenemos el arrojar objetos desde un borde. Sí, ese interés que tienen los gatos por empujar cosas que están cercanas a un borde puede resultar beneficioso. También el maullar resulta muy útil para distraer tanto a amigos como enemigos.

Un aspecto sencillo pero a la vez detallado del juego es la forma en cómo te guía a través de los niveles. Algunos objetos están posicionados de forma sútil para sugerirte un camino. STRAY logra esto a través de los colores. Cajas, tablones o cornisas se diferencian del resto del ambiente para llamar la atención, y así tal vez lograr indicarte el camino correcto.

No es necesario que te gusten los gatos para que disfrutes de STRAY, solo basta con que sepas disfrutar una buena banda sonora, el misterio, la temática cyberpunk y un poco de terror y suspenso. 

Como alguien que gusta de los gatos, puedo decir que el título es toda una experiencia imperdible. Pude apreciar cómo los desarrolladores realizaron una investigación exhaustiva del comportamiento de los gatos. Sus movimientos, gestos y acciones se ven plasmadas a la perfección en el gameplay. Tal vez nunca me pregunté cómo se comportaría un gato en una ciudad postapocalíptica, pero ahora lo sé. 

La ambientación del juego se adapta a todas las situaciones que presenta la trama, al igual que sus personajes y los problemas en que estos se ven envueltos. Y precisamente poder ayudar a estos personajes, siendo un simple gato, es ese algo especial que te hace sentir STRAY. En teoría un gato es un animal, que solemos ver como una mascota, pero en el universo del videojuego, es mucho más que eso, “somos” mucho más que eso.

Así como este juego indie demuestra que nuestro protagonista es capaz de “mucho más” siendo un gato, también nos demuestra que los gatos, esas mascotas frías y desentendidas que no muestran afecto, son capaces de sentir y hacer mucho más de lo que creemos.

El único aspecto negativo que puedo mencionar de STRAY es el movimiento. En ocasiones tienes más de un lugar al cual saltar y resulta increíblemente fácil y equivocarte, provocando que des un par de vueltas más de las necesarias.

STRAY está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5 y Microsoft Windows

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