A veces simplemente necesitas un concepto y mecánicas sencillas para tener un buen videojuego que te de la diversión que hace mucho no conseguías. Maneater es el videojuego de tiburones que has estado buscando durante tantos años, pues es divertido, cómico, pero sobre todo sangriento.

En Maneater controlas a la cría de un tiburón que fue asesinado por un cazador de tiburones veterano. Tras que tu madre tiburón fuera asesinada y tú extraído de su vientre, logras arrancarle la mano al pescador de un mordisco y escapas con la esperanza de algún día obtener tu venganza. 

Podrá no ser el mejor argumento para un videojuego, pero seamos sinceros, ¿necesitamos más? Claro que no, solo queremos controlar a un tiburón, acechar seres humanos, causar pánico en las playas, evolucionar, mutar y sumergirnos en el abismo infinito para repetirlo en unos minutos. 

Maneater ofrece un gameplay un poco lento y aburrido en sus primeros minutos, sin embargo el mismo evoluciona rápidamente para hacerlo más dinámico y veloz, aunque no muy variado, y ahora te explicaremos por qué. 

Comienzas el juego como una cría de tiburón que deberá devorar a otras especies para obtener varios tipos de nutrientes, los cuales servirán como puntos de mejora para mutar y evolucionar. Tendrás distintos espacios de mejoras que te darán, por ejemplo, una aleta que te permite lanzar ondas de choque, o lanzar rayos aturdidores a tu alrededor cuando esquives. 

El título nos ofrece distintas formas de subir de nivel. La más sencilla es devorar todo a tu paso, pues incluso la más pequeña sardina te da puntos de experiencia y nutrientes, sin embargo eso sería muy aburrido. La segunda opción es completar todas las misiones conforme aparecen. Lamentablemente estas son repetitivas hasta el cansancio, pues sus objetivos no van más allá de “Devora cierta cantidad de peces” o “Elimina a cierta cantidad de humanos dentro o fuera del agua”.

Lo realmente interesante es todo aquello que sucede mientras haces las misiones, pues al moverte a través del bien ambientado y variado mapa, vas encontrando puntos de interés, mini jefes, cuevas submarinas, pero sobre todo vas aumentando tu nivel de búsqueda al eliminar seres humanos. 

Los enfrentamientos pueden ser contra caimanes, barracudas, tiburones y muchas otras variedades de peces, pero también pueden ser contra hordas de cazadores de tiburones que harán uso de lanchas, escopetas, metralletas, arpones, minas submarinas, granadas y hasta campos eléctricos; todo con tal de ponerle fin a tu frenesí asesino.

El juego cuenta con muchos Cazadores de Tiburones Expertos que irán a por ti si llevas al máximo tu nivel de amenaza (al destruir barcos, comer humanos, etc). Estos “Jefes Finales” vienen acompañados de esbirros, los cuales no dejarán de aparecer hasta que elimines al jefe. Una vez lo logres, recibirás experiencia, nutrientes y habilidades especiales que podrás mejorar. Cabe mencionar que los primeros jefes son tan fáciles como decir “tiburón”, pero los últimos son un reto bastante grande.

Todo este salvaje y frenético combate lo harás con todo lo que puede hacer un tiburón: morder, golpear con su aleta, agitar a una presa en su hocico, lanzar ondas de choque eléctricas, usar escudos eléctricos al recibir daño, embestir barcos y mucho más. 

Al jugarlo durante un par de horas seguidas jamás me percaté de que estuviera haciendo lo mismo una y otra vez, pues realmente estaba entretenido. Las misiones y la “historia” pasaron a segundo plano en mi partida, lo cual está bien porque cada jugador prioriza distintos objetivos, sin embargo eso resalta un fallo en lo poco interesante y carente de imaginación que son las misiones

El soundtrack es lo que es: a veces se nota y a veces no. Por ejemplo, una de las canciones que más emoción le daba a los combates solo se reproducía cuando activaba una habilidad especial, y eso me decepcionó. Este sería uno de los aspectos que me hubiera gustado ver más trabajados. Los efectos de sonido y música de ambiente son pieza clave a la hora de volver a un tiburón el protagonista de una escena de acecho o un frenesí asesino.

Es importante mencionar que en todo momento hay un narrador que cuenta datos interesantes sobre los tiburones, sus hábitos, el cómo el humano ha afectado su hábitat natural y de paso narra todo lo que vamos haciendo: misiones, mejoras de habilidades, ataques a bañistas, etc. Todo con un tono sarcástico y humorístico.

Cabe mencionar que también pudimos jugar al DLC Truth Quest, y no fue una experiencia tan agradable como el juego base. Este DLC usa los elementos más tediosos del juego original, siendo lo más interesante un modo contrareloj para nadar a través de anillos. Jugarlo un par de veces lo vuelve monótono y repetitivo rápidamente. El aspecto más positivo de Truth Quest son las mejoras que podemos adquirir, pues son bastante atractivas visualmente aunque no muy poderosas como nos hubiera gustado a muchos.

El DLC no nos lleva a niveles más allá del 'Mega', al cual llegamos al concluir el juego base, lo cual es un poco decepcionante. Lo mismo sucede con los "nuevos enemigos", que claramente son una versión 2.0 de los ya existentes. 

 

Como conclusión, Maneater es un juego que vale la pena, no por su argumento, gráficos o banda sonora, sino por su gameplay tan adictivo y entretenido. Pasarás tantas horas cazando y mejorando a tu tiburón que no te darás cuenta de que ya ha pasado medio día.

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