La más reciente entrega de Kingdom Hearts ha llegado a los aparadores, y por lo mismo, nos hemos tomado nuestro tiempo para diseccionar y estudiar el título que nos ha hecho esperar tanto tiempo, ¿vale la pena?

Creo que la duda que retumbó en mi cabeza durante un buen rato fue: ¿Realmente es el gran título que esperábamos ver? Quédense con nosotros, pues hablaremos a detalle de Kingdom Hearts III con una reseña objetiva de alguien que ama esta gran saga, pero que se tomó su tiempo para evitar ser cegado por el fanatismo.


Para entender Kingdom Hearts III, debemos hablar un poco sobre su trayectoria, pues es importante entender el pasado para estar atentos con el título más reciente. No mencionaré spoilers, únicamente hablaré de su premisa y cómo funciona.

Desarrollado por Square Enix, Kingdom Hearts vio la luz hace casi 17 años y su casa fue Sony PlayStation 2.

La premisa era simple: personajes de Disney y Final Fantasy interactuando entre ellos en una historia de proporciones épicas que pasarían a formar parte de la conciencia colectiva desde entonces, como uno de los crossovers más ambiciosos e interesantes en los últimos tiempos. Tetsuya Nomura, director y diseñador de la serie, nos presenta a Sora, Riku y Kairi, personajes originales del título, que serían instrumentales para la trama y que llevaría a la audiencia a sentir cariño y preocupación por ellos.

En este título, Sora es nuestro principal protagonista, un niño de zapatos gigantes que busca salvar a sus amigos de la oscuridad de los Heartless. Para esto, se le otorga un arma conocida como Keyblade, que es básicamente una espada en forma de llave, con la que puede luchar para acabar con la oscuridad.

En su aventura recibiría el apoyo directo de Donald y Goofy, quienes se convertirían en sus mejores amigos y sus aliados más importantes. Adicional a ellos, conocería a muchos personajes de Disney que te brindarán sus poderes para luchar a tu lado e incluso verás a otros personajes icónicos de Final Fantasy, como Cloud, Squall (conocido como Leon), Aerith, Cid, los Moogles, Sephiroth y más.

No vamos a negarlo, Kingdom Hearts recibe una historia un tanto rebuscada pero no realmente complicada. Sí, debe ser estudiada con detalle para poder entenderse al 100% y desde luego requiere que juegues al menos otros 9 títulos para que puedas disfrutarlo mucho mejor.

Para bien o para mal, hemos tenido que esperar una gran cantidad de tiempo antes de poder disfrutar lo que puede considerarse como la culminación de Kingdom Hearts, y estamos hablando de su tercera entrega numerada (en la línea principal, porque todos tienen al menos un número en su título).

Sí, un total de 10 títulos principales, sin contar la cinemática de χ Back Cover. Todo esto es lo que tienes que experimentar para poder entender el total de situaciones que llevan a cabo la saga del “Dark Seeker”, que es la historia de nuestro recurrente villano incomprendido: Xehanort. Sí, toda esta saga es así de grande.

No diremos exactamente qué pasó, pero iniciamos Kingdom Hearts III con un Sora debilitado por un encuentro previo con Xehanort, privándole el poder del despertar, y por lo mismo, siendo incapaz de convertirse de un maestro Keyblade. Con esto dicho, Sora decide embarcar una aventura para recuperar su poder y entender qué está pasando con él, se sube a su nave (sí, tiene una nave de cubitos conocida como Gummy Ship) y se lleva a sus dos cuates, Donald y Goofy, en un road trip espiritual para entender por qué es tan débil… pero sería realmente para entender su verdadera fortaleza.

No hay manera de seguir hablando del juego sin arruinarles la trama, así que me detendré aquí y empezaré a hablar de sucesos sin explicar el contexto y sobre la jugabilidad, que siempre ha sido un tema interesante en la franquicia.

Como tal, la historia se desenvuelve como un título clásico en nuestra línea principal de títulos: ve una escena (potencialmente larga), usa tu nave Gummy para llegar a un mundo de Disney, accede y descubre que alguien está interfiriendo con los hechos de la historia de alguna película que seguramente ya viste (como Frozen), ve alguna otra escena larga, pelea contra Heartless o Nobodies, activa una escena y así, sucesivamente. Pum, de nuevo estás en el Gummy Ship sin saber a dónde ir. Repite la secuencia.

Sí, para bien o para mal, esta es la secuencia a seguir con un Kingdom Hearts y, para quienes somos fanáticos del primer título desde… hace 17 años, sabemos que esta es una fórmula que no nos molesta realmente, al contrario, quizá nos motiva a seguir adelante porque desbloqueamos cosas nuevas y nos emociona ir a un mundo nuevo.

Es realmente un festín audiovisual, pues los gráficos y la interfaz lucen bastante bien en casi todo momento y se han podido capturar en calidad increíble a los personajes y su carisma. En serio que cuando se hace un acercamiento podrás ver que todo tiene textura, algo que no se había visto en sus entregas anteriores, ¿y saben qué? Se ve impresionante, aunque quizá en momentos sucederá que la colina incómoda se hace notar cuando ves a Jack Sparrow.

Hablando de Jack Sparrow y algunos personajes, su doblaje no fue convincente con este personaje aunque se hizo un trabajo excelente en imitar a Orlando Bloom y Keira Knightley.

Adicional a eso, casi todo es tomado de sus versiones originales, basado en sus filmes y… a eso vamos.

¿Cuál es el problema aquí? Me temo que realmente son muy pocos mundos, y tu interferencia con los hechos de algunas de estas… películas interactivas son realmente eso y nada más que recreaciones de algunos filmes como Tangled o Frozen. Muchas cosas transcurren casi de manera idéntica pero con la interferencia de los villanos, conocidos como la Organización XIII.

Salvo un par de excepciones, realmente es seguir los hechos de la película con una interferencia realmente menor porque pues, los personajes mismos de Disney toman sus decisiones y realizan sus acciones muy independientemente de lo que Sora y sus amigos hagan o digan. Sí, claro, les ayudas porque peleas contra monstruos y todo eso, pero no, no sirve realmente.

Esto le brinda cierta satisfacción a Sora en el modo de que poco a poco está recuperando su fuerza, o al menos va encontrando pistas o mensajes que le ayudan a pensar que quizá el poder no yace en qué tan fuerte pegas, o qué tan rápido eres, sino en la confianza que tienes en tus amigos y cómo esa conexión alimenta tu poder, y sí, esto tiene una relevancia muy importante en la jugabilidad.

Desde el primer título el combate se ha caracterizado por ser divertido, satisfactorio y que requería conocimiento de este para poder ejecutarse apropiadamente, aunque tuvieras un solo botón para atacar, podría ser considerado un hack and slash debido a su versatilidad, combos aéreos, y en general, por toda la locura que puede llegar a suceder en la que eres partícipe. Digamos que es un juego fácil de tomar y aprender, pero difícil de dominar... aunque si encuentras algo muy poderoso, lo más seguro es que lo siga siendo, este título no se esmera en hacerte sentir diminuto o débil, quizá en contadas ocasiones con algunos jefes.

Kingdom Hearts III no es la excepción, pues desde su precuela ya se veían ciertas mejoras como “las formas”, que te brindaban distintas formas de atacar y la posibilidad de usar más de una Keyblade. Esto es particularmente interesante y relevante para la trama, pero todo esto llega con esteroides para cambiarle no solo la forma a Sora o sus colores, pues también afecta la forma física de su Keyblade, haciendo de esto lo más cercano a otros títulos de jugabilidad similar, como Devil May Cry 5, con la cual tienes acceso a múltiples armas de distintos estilos.

Aquí, tu Keyblade puede tomar la forma de un cañón, pistolas, garras, un yoyo gigante, una lanza o hasta una bandera. Todo, por supuesto, haciendo sus guiños a Final Fantasy y Disney (sobre todo los que vean la lanza entenderán algunos ataques de la clase Dragoon), y claro, la magia, la cual considero que es muy potente en este juego.

La magia es algo que se ha mantenido igual pero que ahora te permite aplicar versiones avanzadas tras cumplir condiciones de ataque, así que tu Fire puede convertirse en Fira; tu Firaga en Firaza, y así. Convirtiéndote en una máquina devastadora que aplasta todo a su paso. No es broma, nosotros jugamos el título en la dificultad más alta disponible: Proud Mode, y realmente en ocasiones, al utilizar Thundaga o Thundaza en momentos importantes, destruía todo.

Los “links” vuelven, que te permiten ejecutar ataques junto con Goofy, Donald o algún personaje invitado (como Rapunzel o Jack Sparrow), y también recuperas la opción del “Summon”, otra técnica sacada de Final Fantasy, con la que podrás invocar poderosos aliados como El Rey León Simba, Ralph el Demoledor, Stitch o Ariel. Lo divertido de estos ataques es que puedes controlarlos, ejecutar distintos comandos y terminar con un ataque devastador (aquí en The Hive amamos el King’s Flare).

No importa que tu ataque sea nada más con un solo botón, el juego realmente es satisfactorio a la hora de ejecutar ciertos movimientos, sobre todo al momento en el cual tu arma se transforma, pues una animación bastante vistosa se hará llegar, que incluso puede dañar a los enemigos.

Otros ataques “link” tienen que ver enteramente con Donald y Goofy, pues en algunos momentos podrás desbloquear ataques especiales que podrás hacer con tus grandes amigos, y realmente son muy devastadores como muy tardados en su ejecución. En ocasiones me encontré prefiriendo transformar mis armas y golpear en lugar de invocar un barco o un carrusel para atacar, quizá porque prefiero la satisfacción de conectar mis ataques, pero no usaba esos links a menos que realmente me estuviera yendo muy mal.

Dentro del mismo gameplay, este cambia y se altera ligeramente dependiendo el mundo en el que te encuentres. Intenta hacer muchas cosas pero realmente no todas las hace particularmente bien, es decir, el proceso para hacer algunas cosas podría ser mejor… pero de algo estamos seguros, no extrañamos el mundo de la Sirenita. En ese aspecto, este juego es mil veces mejor, e incluso los minijuegos en el mundo de Winnie-the-Pooh podrían considerarse más entretenidos a pesar de ser una copia de Bubble Bobble.

Kingdom Hearts III nos entrega momentos especiales, animaciones espectaculares, música impecable de la mano de Yoko Shimomura que nos trae melodías familiares y algunas nuevas que nos harán sentir increíble.

Pero… quizá es el hecho de que el juego es muy grande y ambicioso (tanto que ahora usar una Gummy Ship te dejará volar libremente por el espacio, en lugar de seguir un riel), se siente en ocasiones muy corto o sin sabor.

¿Recuerdan lo que les dije sobre los mundos que básicamente cuentan la historia de sus películas? Es eso mismo, se siente con muy poca inspiración, falto de creatividad y realmente muy flojo en ese apartado, la narrativa sigue siendo “confusa” o con diálogos realmente sin mucho contexto. A veces seguirle el hilo a la trama requiere que te pongas a investigar algo que pasó antes… o quizá volver a jugar Chain of Memories o Coded, o Dream Drop Distance, pues la trama tiene muy en mente que tú ya conoces todo este "lore" de memoria.

Eso es bueno y malo, principalmente porque están valorando la inteligencia del jugador y te entregan lo mejor que tienen para satisfacer y cerrar círculos. En ocasiones te “muestran” flashbacks o explican cosas que pasaron para ayudarte a recordar, pero no siempre es muy claro y en ocasiones pareciera que no saben cómo hacerlo al usar diálogos un tanto burdos, haciendo de esa explicación algo muy difícil de entender, y claro, obligándote a pensar, o peor, tener que meterte a Internet para poder decir: “aaah sí, pasó esto.”

Una aventura que cierra bastantes incógnitas, resuelve problemas y responde muchas de tus preguntas pero no siempre lo hace de la manera correcta o de una manera congruente con base en el funcionamiento de este universo. Algunos quedaron satisfechos, pero otros no tanto, y quizá al iniciar el juego por primera vez me sentí… fue algo inexplicable. Les cuento rápido:

Pasaron 13 años desde Kingdom Hearts II y muchas cosas han cambiado: se lanzó Duke Nukem Forever, se lanzó Final Fantasy XV, me mudé a otra ciudad, me casé, tuve un bebé, perdí amigos, gané amigos y terminé aquí. Es interesante cómo muchas cosas pueden cambiar en tan sólo 13 años, más de una década, y que Kingdom Hearts en cierto modo es parte de ello, aunque sea de forma indirecta, ya que uno se queda esperando, o revisando nuevo material, o viendo una nueva compilación de títulos en HD, o viendo un nuevo video, etc.

La historia llega a un círculo en gran parte por sus situaciones, algunos personajes obtienen un final feliz y realmente encuentran lo que quieren, otros tienen cambios agridulces y en otros la solución llega de la nada como vil Deus Ex Machina a destruir la inversión emocional que tenía desde hace años, en maneras completamente innecesarias y que realmente nadie quería que sucediera.

Otra cosa que realmente no me interesó fue cocinar, se me hizo algo realmente aburrido y completamente innecesario a pesar de los “buffs” temporales, no me hicieron falta. Creo que el único título que me interesa para hacer eso es Overcooked.

Evidentemente, este título es la conclusión de una saga de 10 títulos, y que desde luego piensa continuar con un nuevo villano, otras motivaciones y nuevas locaciones, pero no deja de hacernos pensar que quizá fue realmente innecesario ser tan descarado en plantarnos dudas que fácilmente podrían responder con el afán de vendernos otro juego que pueda sentirse incompleto y claramente inferior.

Después de tomarnos un vaso de limón sin azúcar, puedo decirles que el juego es bueno, cumple a secas y a más de uno le encantará por muchas razones distintas, como a mí, pero lo que es realmente importante para mí es ser imparcial… precisamente por el fanatismo. Debo ser justo para con una de las sagas de videojuegos que han marcado mi vida en algún momento, y es por eso que Kingdom Hearts III se lleva una calificación definitiva de 7.2.

 

Gracias por todo Square Enix, nos veremos en las siguientes 4 compilaciones de Kingdom Hearts.

 

Kingdom Hearts III está disponible para PlayStation 4 y Xbox One (sí, ya no es exclusivo, todo lo que cambia en 13 años).

 

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