Ya con dos temporadas encima, Narcos México contraataca con una tercera para seguir marcando el paso y distinguirse dentro de las muchas series que han intentado tomar al narcotráfico como tema central.

Narcos continúa con la tendencia de contar una historia con personajes interesantes y no sólamente pintar una versión telenovelesca y exagerada del narcotráfico en nuestro país y en el mundo, sino enfatizando que es un problema social a la vez que presenta una narrativa que atrapa al espectador.

En esta tercera temporada ya no vemos a Diego Luna liderando la carga en su papel estelar como Miguel Ángel Félix Gallardo, pero ello no representa una pérdida de calidad en si misma, pues permite a los creadores explorar y expandir las líneas temporales para enfocarse en otras partes, como en los Arellano Félix y en Carrillo Fuentes.

De hecho  gracias a esa descentralización la serie también logra incorporar temas sociales e históricos que han definido la historia mexicana, como la corrupción y la violencia, explorados desde puntos de vista que muestra la escala y alcance que tienen.

Pero ante todo más que una crítica social también busca entretener y vaya que lo consigue, a través tanto del drama como de momentos de humor que le dan el peso y la levedad necesarios a distintos momentos, estos sumados a las excelentes actuaciones del reparto de actores, tanto mexicanos como extranjeros, hace que sea una experiencia bastante amena.

A pesar de todo ello esta tercera temporada parece un tanto falta de cohesión, sin embargo eso en gran parte está explicado por las múltiples historias que se deben seguir y si bien se puede argumentar que ello causa un cierto desbalance, también es notorio que para las condiciones bajo las que fue ejecutada la producción, el trabajo es remarcable aunque menos impresionante que las dos temporadas anteriores.

Dentro de lo que cabe son 10 capítulos llenos de acción, intriga y mucho sabor mexicano que sirve tanto para entretener como para recordarnos que este país está construido sobre cimientos que quizás no queremos explorar fuera de los lentes del 7mo arte.