Maniac es una de esas series que todo el mundo quiso ver porque tiene a Emma Stone y Johan Hill como protagonistas, pero que en realidad, tienen un estilo muy diferente a lo que normalmente estamos acostumbrados a ver… MUY diferente.  Aunque no es una serie original, pues en realidad está basada en una serie televisiva noruega del mismo nombre, es de las series más únicas que se han visto en Netflix en los últimos años (aunque ya tiene más de dos años de su estreno), esto es gracias a su estilo visual y narrativa.

La serie se enfoca en Owen Milgrim (Johan Hill) un esquizofrénico con severos problemas familiares y Annie Landsberg (Emma Stone), una chica aparentemente común y corriente, pero con problemas económicos, mientras se ven envueltos en el estudio de una nueva droga experimental para suplir a la terapia psicológica.

La premisa central en la que se basa la serie es el la conexión humana y la manera en la que esta se desarrolla, ayudando a explorar temáticas como problemas de familia, abandono, culpabilidad y remordimientos, pérdida de la realidad, amistad y amor; y que son algunos de los puntos crean personajes tan interesantes, pues aunque visualmente es un espectáculo muy llamativo y único, al final del día la historia es cargada completamente por un cast de protagonistas interesantes, perfectibles y que culminan como personajes con mucha profundidad.

Como podrán imaginarse la serie toca una gran cantidad de temas de índole psicológica, pero lo hace de una forma altamente visual y metafórica. Es imposible hablar de Maniac sin mencionar su estética, estando inspirado por el sci-fi de los ochentas y lo visual ayuda a complementar lo aparentemente complejo de la trama o lo psicodélicas que resultan algunas de las representaciones, pasando de la proyección de un futuro cercano a universos que parecen sacados de películas de acción, misterio y hasta comedia, todo siempre elevando la calidad narrativa, a pesar de lo aparentemente absurdo del contexto visual.

Quizás sale sobrado mencionarlo, pero las actuaciones son espectaculares, especialmente Johan Hill y Emma Stone, a quienes la serie les exige exprimir bastante de su rango actoral, por la gran cantidad de escenarios, situaciones y escenas en las que sus personajes se ven envueltos, además que todo el cast de soporte también hace un trabajo excelente en su papel, dandole a este bizarro mundo un tono mucho más humano y real.

Maniac además es una especie de “mini serie” contando con tan solo 10 capítulos y sin planes para una secuela, lo cual añade mucho más al valor del contenido, pues el arco de personajes que lleva la historia termina con una conclusión satisfactoria aunque no sea definitiva, dejando lugar para especulación pero sin que se considere una historia inconclusa, al contrario, la historia está perfectamente adaptada para la duración de los episodios y no deja prácticamente ningún cabo suelto, por lo que si vemos más contenido de Maniac (en algún punto), es más probable que sea un spin-off o historia secundaria y no algo que tenga que ver con los mismos personajes.

Dentro de todo es una serie que ofrece mucho en todos los aspectos, que quizás lo particular del estilo visual no llame la atención de todos o haya personas que la encuentren rara o confusa, pero es una recomendación que nunca pasaré por alto para todos aquellos que disfruten de una buena historia. Si quieren ver el equivalente a un viaje de ácidos con una historia conmovedora, esta es la serie para ustedes.

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