La esencia de darle una nueva entrega o giro clásicos de la cultura popular puede resultar en algo desastroso o que termine alejándose de todo los elementos que forjaron a ciertos filmes que ahora son franquicias de renombre. El caso curioso con las películas de Predator (Depredador) es que con la llegada de nuevas entregas se estaba perdiendo ese factor que tanto nos cautivó en sus primeras 2 películas, me refiero a la fórmula de “Cazar para sobrevivir”.

No entraré en recorridos innecesarios buscando la tuerca que se zafó de la maquinaria e hizo que todo empezara a fallar, dejemos lo del pasado en el pasado. Aquí lo que se debe resaltar que filmes como PREY llegan cada cierto tiempo a la industria del cine para realizar ese salto generacional necesario y a la vez mantener-respetar la esencia de lo que tanto amamos de las primeras entregas.

Probablemente habrán leído de lo buena que es la película y lo injusto que solamente se haya estrenado la plataforma de streaming de Hulu y Star+ en Latinoamérica, cuando tiene toda la manufactura para disfrutarse en la pantalla más grande. Este tipo de cosas nunca las entenderé, quizá por eso no soy un ejecutivo o accionista del entretenimiento. En fin, en palabras cortas, sí, PREY es una gran película de supervivencia con suficiente ciencia ficción para mantenerte al borde de tu silla o en este caso de tu cama o sofá.

La llegada de esta película se alinea con el 35 aniversario del estreno del primer Predator, sí, esa legendaria película que muchos recordarán y que fue protagonizada por el héroe de acción de los 80s y 90s, Arnold Schwarzenegger. Esto podría significar que PREY acaba de ser bendecida o ser la reencarnación de todas esas cosas que tanto disfrutamos de la original, convirtiéndose en una digna precuela que hasta tiene una referencia que conecta con Predator 2.

Pero bueno, sin entrar a spoilers, la premisa nos transporta al año de 1719, en pleno territorio Comanche, en donde seremos testigo de la llegada de quizá el primer o uno de los primeros Yautja (nombre de la raza de los Depredador) en iniciar una cacería contra todo lo que se le atraviese o considere peligroso. En este escenario conoceremos a Naru (Amber Midthunder), una guerrera feroz y muy hábil quien se ha criado bajo la sombra de su hermano y los cazadores de la tribu perteneciente a las Grandes Llanuras (filmada en los parajes naturales de Alberta, Canadá).

Debido a la llegada del avanzado alienígena cazador, miembros de la tribu se ven atacados sin saber cómo hacerle frente a este imparable ser evolucionado proveniente del espacio. Debido a estos sucesos, el filme nos pondrá en primera fila del enfrentamiento cruel y aterrador en el que nuestra protagonista tendrá que valerse de sí misma y de paso demostrar sus habilidades de sobrevivencia.

Aunque la historia es directa y sencilla, se agradece los mensajes que están merodeando en diferentes momentos de la película, desde la dual lucha de dos cazadores por conquistar el lugar (uno con intención de coleccionar trofeos y la otra con intención de ganarse un lugar dentro de sí tribu). Otro aspecto a resaltar es el sútil mensaje de la llegada del hombre europeo bajo la lupa de seres que van devastando la fauna y sus alrededores, demostrando ser otro tipo de depredadores. Por último pero no menos importante y que se debe destacar. Es el acertada decisión de la producción en no emplear a ningún nombre “famoso” o celebridad, aquí los reflectores se ubican resaltar la presencia de verdaderos actores nativos como Dakota Beavers, Stormee Kipp, Michelle Thrush, Julian Black Antelope, Cody Big Tobacco, Skye Pelletier, Tymon Carter y Harlan Blayne Kytwayhat.

Aunque llevo varías líneas tirando flores de lo bien lograda que está, honestamente no podría mencionar cosas negativas, más que una que otra situación visual o de ejecución, pero es algo muy pero muy minúsculo, ni podría contarse como punto bajo o negativo, ya que al final la grandiosa fotografía, soundtrack y secuencias de suspenso y acción hacen que esos “detalles personales” terminen disipándose por completo.

Y podría pasarme todo el rato sacando teorías del por qué funcionó este proyecto, quizá mencionar el gran toque y ojo por parte del director Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane), el conciso guion de Patrick Aison (Jack Ryan) o el gran imán y actuación de la actriz Amber Midthunder. Pero viendo el panorama, diría que es la mezcla de todos los ingredientes agregados y a la vez de respetar la receta original, lo que permitió que PREY funcionara y de paso revitalizar la saga al punto de posicionarse como la segunda mejor película de la franquicia (en mi opinión).

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