No quiero imaginar el reto y la gran responsabilidad que conlleva tomar un clásico de terror como Halloween, e intentar hacer un filme que logre transmitir ese feeling de antaño y de paso volverse atractiva para las nuevas generaciones. La grata sorpresa es que después de 40 años, por fin estamos ante una secuela que le hace justicia al primer filme del maestro John Carpenter.

Revitalizando un clásico

El director David Gordon Green (Stronger, Pinapple Express, Prince Avalanche), junto al actor Danny McBride (el cual fungió como productor y escritor de este filme) lograron descifrar el ingrediente que le hacía falta a los previos intentos para revitalizar la leyenda de Michael Myers. Inicialmente tenía mis dudas respecto al equipo involucrado en esta secuela directa del primer filme, ya que, no solamente se estaban adentrando a un proyecto de esta magnitud, sino que también decidieron sacar del canon a las secuelas o demás filmes que se han realizado. Puede sonar descabellado, pero una vez visto el filme, se entiende la razón de dicha decisión y seamos honestos, los múltiples intentos (secuelas) dejan mucho que desear, haciendo que Halloween (2018) sea superior en varios apartados.

Respecto a la trama, podríamos mencionar que estamos ante un filme de venganza. La idea se centra en el hecho de superar las huellas traumáticas del pasado, haciendo que el peso del filme gravite en el personaje de Jamie Lee Curtis (Laurie Strode), quien es la que se da un festín interpretativo al lucirse en ciertos momentos del filme. Olvídense de la indefensa damisela en peligro, ahora estamos frente a una dura y preparada mujer, la cual está armada hasta los dientes para hacerle frente a su eterno némesis. Sencillamente podría decir que tenemos a una Laurie Strode casí al nivel de una Sarah Connors o Ellen Ripley.


Algo curioso, es que el filme prefiera abordar más el lado psicológico a irse por el camino fácil al brincarse directamente a escenas violentas o gore para la mera provocación. Halloween se toma su tiempo para desentrañar su referencial y entretenida historia, para que cuando llegue a la segunda mitad, uno se encuentre disfrutando de ver a Michael dejando caer cuerpos a diestra y siniestra. Ahora que menciono a la imparable máquina asesina, me es gratificante saber que el legendario actor Nick Castle volvió para interpretar a Michael Myers, obviamente por su avanzada edad no pudo rodar todas sus escenas, ya que usó un doble de acción para las escenas físicamente demandantes.

Terror, sangre y ¿comedia?

El resto del elenco ayuda a establecer la atmósfera, aunque no negaré que hay ciertos momentos donde los personajes parecen recargarse demasiado de los clichés o estereotipos, aunque en algunos casos tienen su encanto u objetivo. Podría ser para bajar la tensión o para detonar momentos cómicos en donde uno menos se los esperaba. Pero no deben temer al escuchar que el filme tiene un toque de comedia, no es excesiva y solamente (repito) sirve para darle un descanso al espectador, ya que cuando la violencia se hace notar, es explícita y avasalladora.


Retomando la historia,  Halloween (2018) no busca innovar ni tampoco trascender, en sí, solamente se asegura de darle coherencia y entretenimiento a una franquicia que por años no ha podido volver a las masas en toda su gloria, ni mucho menos con los pretensiosos intentos que hizo Rob Zombie. Aquí se equilibra la nostalgia con el ritmo de edición al que las nuevas generaciones están acostumbrados, sin duda alguna, los escritores y el director David Gordon Green entendieron lo que hace especial el mito de Michael Myers, no se perdieron en un laberinto de explicaciones innecesarias, se fueron directo al punto, solamente se tomaron el tiempo de mostrarnos la zona de juego, los personajes y sus motivos.


A nivel técnico, Halloween no es filme complejo (a simple vista), ya que aquí aplicaron la famosa frase de “menos es más” y les funcionó. La fotografía de Michael Simmonds es idónea para recuperar la lúgubre estética del primer filme, y eso se ve reflejado cuando por instancias, la película logra emular esa sensación de estar viendo una película de finales de los 70 o principios de los 80s.

Cuando dije que a nivel técnico no parece un filme complejo, me refería a que no hay excesos en la fórmula, por supuesto que hay escenas en donde el equipo creativo trabajó para darle detalles llamativos a las muertes, inclusive me sorprendió notar algunas secuencias continuas o sin corte, las cuales quedaron como anillo al dedo, especialmente al tratarse de un personaje silencioso y que se mueve a pie.


Probablemente muchos se preguntarán de qué forma se involucró el maestro John Carpenter. Para los que son fanáticos o connoisseurs del trabajo del legendario director que nos trajo grandiosas películas como The Thing, They Live, Escape from New York y obviamente la primera entrega de Halloween. En esta ocasión decidió ser parte del proyecto como productor ejecutivo, ayudando al equipo a darle forma al guion, de la misma manera asistiendo al director y encargándose de hacer los arreglos sonoros. Arreglos que van desde nuevas versiones del ya conocido tema principal, pasando por nuevas piezas que harán que el espectador se mantenga al filo de su asiento. Como dato curioso, el OST lo compuso con la ayuda de su hijo, Cody Carpenter.

Los defectos no son suficientes para arruinar el show

Halloween no es perfecta, ni mucho menos logra superar a la original, eso está más que establecido desde el momento en el que uno identifica el abuso de algunos tropos y giros, pero no le hace decaer o perder su genuino encanto, no lo sé, quizá yo sea un caso raro, pero en verdad me encontraba sonriendo de oreja a oreja al notar las referencias, volví a transportarme a ese momento cuando vi por primera vez el filme de Halloween.


¿Vale la pena o solamente es una entrega para fanáticos?

Honestamente les invito a que todo mundo vaya a verla, sean o no fans de las películas de Halloween, esta secuela logra reivindicar a un personaje que ha pasado años deambulando entre mediocres adaptaciones, tenemos de vuelta a un grande y estoy seguro de que los amantes de las películas Slashers saldrán satisfechos.

Por cierto, para los que son nuevos y quieren llegar preparados para Halloween (2018), les recomiendo que solamente vean la primera película de Halloween (1978), con eso tendrán suficiente para lograr identificar y conectar los puntos de esta franquicia. Al final de los créditos hay una pequeña sorpresa que podría traducirse en una obvia secuela.

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