Debo ser honesto al observar el momento y la edad en la que me encuentro, esto viene con el hecho de analizar que mis gustos se siguen desarrollando para bien o para mal. En el caso de los filmes de terror (género que de niño amé sin ataduras) ya no me están generando ese efecto de sorpresa y ansiedad, a excepción de algunos filmes como Hereditary que siguen empujando al género a territorios no tan explorados o por lo menos con una manufactura de mejor calidad en su presentación. En esta ocasión estoy frente Annabelle Comes Home un nuevo agregado al Universo que se constituyó desde el estreno de la película de The Conjuring de James Wan.

En esta ocasión, todo el equipo creativo decidieron irse por el camino seguro, tan seguro que por momentos el filmes puede sentirse como una comedia involuntario, como si se tratase de un nuevo filme de la franquicia de Goosebumps (Escalofríos) y no lo digo porque su elenco protagónico sea mayormente jóvenes o niños, sino por lo inverosímil que la premisa llega a ser por instantes.

Aún así, me atrevo a decir que Annabelle Comes Home no es un total robo de dinero como lo fue The Nun o The Curse of La Llorona. Más allá del evidente humor, la fórmula de los anteriores filmes sigue ahí, los jumpscares están a la vuelta de la esquina, algunos más elaborados que otros y se amalgamaban con magras actuaciones, a excepción de la joven promesa McKenna Grace, quien interpreta a la Judy Warren, la pequeña hija de lo famosos demonólogos Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga). Ahora que hago mención de ellos, lamentablemente aquí solamente fueron usados como un gancho para la taquilla, ya que su participación se relega a verlos al inicio y al final del filme, como si se tratase de un cameo o un episodio serial en la vida de la familia paranormal.

Quizá por eso desde el inicio sentí que la película se apoyaba demasiado de los buenos momentos que vimos los dos filmes de The Conjuring. Sin embargo, debo decirles que no se dejen engañar, más allá de que Annabelle Comes Home se desarrolle en la casa de dicha familia, se siente tan distante a lo que vimos en la bien lograda Annabelle Creation y va más por la esencia del primer filme de la muñeca diabólica, aunque no decae en lo abismal ni barato.

Annabelle Comes Home está lleno de momentos divertidos y sustos baratos sin espacio a un desarrollo de personajes o una justificación de estar ahí, más allá de quedar atrapados en medio de un huracán de seres del mal provenientes del museo de los Warren. Volviendo con los personajes, las motivaciones son inexistentes, estamos ante un efecto dominó o algo así como el Home Alone de las películas de terror, a eso le agregamos las terribles decisiones que cometen durante toda la película, volviéndola en algo risible.

La dirección que nos plantea el guionista Gary Dauberman (quien debuta como director) se puede denominar como algo suave y seguro, sin arriesgarse en los elementos que podrían resaltar la mitología de estos demonios y fantasmas, pero cabe resaltar que durante el filme hay algunas escenas bien logradas, con gran sentido de creatividad visual, aunque que al final no aportan tanto a la historia, es más como un lujo o truco para emular lo que Wan suele hacer en sus filmes al mover la cámara de un lado a otro sin tantos cortes.

Si algunas personas consideran que la muñeca Annabelle es demasiado irreal para tener su filme individual, aquí tendrán más ruido de lo absurdo que ha sido elevada al punto de sentirse como un episodio parodia de ella misma. Ésto me ha llevado a bromear con la idea de que la muñeca de Vacaciones de Terror 1 y 2 es más espeluznante que el mejor trofeo de la colección de los Warren, digo, por lo menos Pedrito Fernández se tomaba en serio su papel de joven enamorado a un cazador de demonios (broma).

Dejando atrás las bromas y burlas, la producción detrás del filme está bien lograda, repito, la producción detrás del filme no el resultado final, eso sí, al ver en pantalla las nuevas amenazas que aterrorizan a los jóvenes protagonistas rapidamente me vino a la mente lo bien dibujados que están, cumplen en “asustar” y no me sorprendería que más adelante anuncien algún spinoff con uno de ellos, ya sea la novia, el cobrador de los muertos y hasta un hombre lobo, el cual honestamente está hecho con un pésimo CGI que en ningún momento da miedo o infunde amenaza, hasta parece que fue hecho con la finalidad de hacer reír en sus interacciones con uno de los personajes.

Sin lugar a dudas estamos ante una entrega plana y sin inspiración de una franquicia cada vez más preocupada por lanzar nuevos personajes y monstruos para ver cuál pega, desperdiciando la oportunidad de darle más coherencia a su universo, inclusive me sigo preguntando por qué fue clasificada como un filme para adultos, si su premisa es completamente ridícula y sin situaciones que en verdad creen una división del terror juvenil al terror explícito y psicológico.

Annabelle Comes Home sirve como un entretenido agregado a todo el universo que nació a partir del filme de The Conjuring, esto no significa que sea algo enriquecedor para el género o la franquicia, pero dejando a un lado la calidad de estos spinoffs y secuelas, estamos ante un universo que tiene lo suficiente para seguir sacándole provecho a cada demonio o fantasmas que aparece en pantalla. 

Entonces ¿cómo puede definirse esta tercera parte? Muy sencillo, estamos ante un filme entretenidamente olvidable, pero con suficientes tropos para satisfacer a los fanáticos de este universo. La segunda entrega sigue siendo la mejor de la serie. Esta película dio un paso atrás. Mejor esperemos a que James Wan rescate al género de los jumpscares con la siguiente entrega de El Conjuro.

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