Hace no mucho conseguí Enter the Gungeon; un juego rogué-like que radicaba bastante en reflejos, puntería y mucha, mucha paciencia, no está por decir que es un juego muy divertido pero increíblemente difícil y cada ronda con la que progresaba poco a poco también hacía que me diera cuenta la cantidad ridícula de horas que pasé jugándolo, como hace un par de días por ejemplo. Eran las 2 de la mañana y estaba cansado, fatigado y tenía que levantarme temprano, pero estaba tan cerca de conseguir un punto más para alcanzar mi meta, solo tenía que aguantar una ronda más… solo un nivel más.

En los videojuegos existe un extraño fenómeno que hace que sigamos jugando de manera casi obsesiva hasta alcanzar una meta, ese pequeño tramo que nos falta tan, pero tan poco para terminar que más vale acabarlo ahora. Es una manía algo compulsiva que hace que simplemente tengamos que continuar, no importa si estamos cansados, hambrientos o con algún pendiente, la meta se ven tan cercana que nos hace decir “Ya he jugado 8 horas, otro juego y ya consigo ese skin”.

Y si nos ponemos a pensarlo fríamente no existe realmente ninguna consecuencia de cumplir ese objetivo aquí y ahora, la mayor parte de los juegos pueden guardar tu progreso hasta que retomes de nueva cuenta tu sesión de juego, mientras que en los juegos en línea las recompensas por seguir jugando no suelen desaparecer de inmediato, así que en verdad te hace pensar: “perdería algo si dejara esto para mañana, ahora que debería hacer otras cosas de más prioridad, ¿Esto es realmente más importante? Y la respuesta es no claro que no perderías nada, de hecho al hacerlo ahora en realidad  disfrutas aún menos cumplir con tu objetivo. ¿Por qué será?

La mayoría de los juegos construyen un sistema de progresión, un sistema que hace que como jugador sientas que estás ganando algo, independientemente de lo superfluo de esta ganancia, tú como jugador ves tus horas de tiempo y esfuerzo invertidos, por lo que es totalmente humano esperar que esta inversión pueda darte algo a cambio independientemente de su valor. En juegos de arcadia el sistema de puntos y los Leaderboards nos mantenían al tanto de quien era el mejor en esa máquina local y entre tus amigos, los juegos de pelea una victoria significaba que tienes más conocimiento y entrenamiento en el juego, y en los juegos de ahora una victoria te da puntos para subir de nivel, y conseguir aditamentos que te permiten disfrutar aún más tu experiencia de juego.

Un videojuego es algo a lo que nos acercamos a jugar por diversión inicialmente, ya cuando extendemos nuestra sesión de juego al límite es cuando alcanzar una meta que se ve cercana se deja de sentir como entretenimiento, y más como una tarea, de modo que cuando al fin alcanzas tu objetivo tienes más el alivio de terminar dicha tarea en lugar de estar feliz por la recompensa que recibes, a diferencia de si lo hubieras dejado para el día siguiente ya refrescado y con energía, porque disfrutas de esa sesión de juegos sin apuros ni compromisos. Lo peor es que la decisión de terminar una tarea de manera es arbitraria, y la razón es solo por naturaleza humana.

También es importante mencionar que no todos los objetivo del juego son arbitrarios, muchas veces vemos un evento especial que acaba en tan solo unas cuantas horas, así que permanecemos esa cantidad de horas consiguiendo todo lo que podamos, así como llegar a el siguiente punto de guardado para dejar la sesión por el día de hoy sin perder tu progreso. En algunos casos como en los juegos competitivos, la victoria de ganar una partida puede ser una gran diferencia si las apuestas son altas, derrotar a tu oponente puede colocarte más adelante en un torneo por ejemplo.

Parte del fenómeno de este suceso es también el jugar con otras personas. Digamos que estás jugando Street Fighter con un amigo, ambos juegan a un nivel parecido, así que realmente no hay un ganador constante, por lo que cada victoria construida a base de las derrotas que has tenido con tu oponente, si están parejas, empieza a existir el fenómeno de “La última y nos vamos” que hace que extendamos lo más que podamos nuestra sesión de juego. Esto ocurre de igual manera en cualquier juego competitivo en línea, y con la acumulación de recompensas que consigues por tu cuenta, sumado con la competencia en línea lleva a que tengamos por muy poco que sea, seguir jugando para alcanzar la victoria.

Al final lo que realmente es importante tener en cuenta es que tanto estamos sacando del juego, pensar que si realmente lo que hacemos podría disfrutarse más o luego, de esa manera podremos medirnos, concentrarnos en lo que realmente importa, y disfrutar todavía más de nuestras experiencias de juego, no importa cuántas veces digamos: ‘La última y nos vamos’.

¡Compártelo en tus redes!

Imagen de cookies

Este sitio web usa cookies, se usan para personalizar el contenido, mejorando la experiencia en el sitio y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico.