Los videojuegos, esos que realmente disfrutamos, se quedan en nuestros corazones de gamer por el resto de nuestras vidas. Todos tenemos uno que nos ha hecho sentir alegría, tristeza, enojo, frustración, esperanza, gozo; para mí ese juego es Monster Hunter.

Mi aventura en las peligrosas tierras de la franquicia Monster Hunter comenzó hace muchos años, cuando el PSP aún era algo ‘cool’. Mi hermano y yo conseguimos Monster Hunter Freedom y desde entonces nuestra pasión por este increíble juego de cacería de monstruos comenzó. Al ver pasar título tras título de la franquicia nuestro amor por la misma solo crecía. Del PSP pasamos al Nintendo Wii, después WiiU, luego Nintendo 3DS y a día de hoy en PS4 y PC con Monster Hunter: World.

Este último no es al que más jugué en el 2020, pero sí el que más disfruté. Si te dijera que las 3,300 horas que tengo jugadas en Rust las he vivido de forma alegre te estaría mintiendo. Por otro lado, las pocas 100 horas que tengo en Monster Hunter: World realmente han sido de lo más agradables. No solo por el hecho de jugarlo, sino por todo lo que implica.

Fue gracias a este juego que pude ver a mi franquicia favorita crecer, abrirse a nuevos públicos, implementar nuevas mecánicas, arriesgarse a cambiar sin perder la esencia de lo que es, en resumen a ir hacia adelante.

Mucho de lo que conocía de Monster Hunter permaneció igual o mejoró. Ahora es más sencillo jugarlo, aunque sea la primera vez que tocas un título de este estilo. La variedad de armas, armaduras y estilos de juego sigue siendo lo más fascinante. Los monstruos pasan a segundo plano cuando logras llegar al máximo nivel y prácticamente puedes matarlos a todos con sólo mirarlos.

Lo que hace divertido a Monster Hunter no es el juego en sí, sino jugarlo con alguien más que lo disfrute tanto como tú. Tuve la oportunidad de regalarle el juego a un amigo cercano y tal como esperaba, le encantó. Farmear juntos, aprender de lo nuevo, conocer lo viejo para saber por qué ahora es mejor, hacer el tonto durante las cacerías de monstruos… Sin duda este juego puede tener sus lecciones valiosas, como la amistad, el compañerismo, el trabajo en equipo y que las Ballestas están OP.

Algo que realmente ADORO de la franquicia es la forma en cómo los gatos forman parte del mundo. Literalmente los gatos pueden ser ayudantes cazadores, cocineros, comerciantes, agricultores, entre muchos otros roles importantes en la sociedad de cazadores. Ya sean tus ayudantes o NPC's cualquiera, disfruto de su presencia tanto en las misiones como en el resto del juego. Te hace sentirte acompañada al enfrentarte a las distintas monstruosidades que se te presentan en el camino, recolectan recursos para tí y puedes modificar sus armaduras, armas y habilidades de la forma que más te guste.

Recientemente mi amigo y yo compramos Iceborne, la única expansión de Monster Hunter: World que abre todo un nuevo camino repleto de monstruos, desafíos y mucho farmeo. Afortunadamente recibe contenido nuevo constantemente, lo cual es fantástico si buscas algo nuevo que hacer aunque ya hayas hecho de todo en el juego.

Siendo sincero, el juego realmente se pone interesante cuando llegas al contenido de Iceborne, por lo que si tienes pensado darle una oportunidad a MHW, ten en cuenta que el juego base es apenas el inicio.

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