Los cambios que traerá consigo el poder de la next-gen

La llegada de una nueva generación de consolas siempre es motivo de celebración sea cual sea la razón, pero la principal es todo el avance tecnológico que implica haber dado ese salto. Claro, la tecnología se va actualizando día a día, pero no pueden simplemente sacar una nueva consola cada medio año, ¿o sí?

La tendencia que se ha aplicado en la telefonía celular desde hace varios años es algo que simplemente no funciona en consolas de videojuegos, aunque funciona en cierta medida. La diferencia entre el PlayStation 4/Xbox One con el PlayStation 5/Xbox Series X es algo apabullante, pero no necesariamente es bueno.

Estos últimos años hemos visto cómo los desarrolladores optan por sacar juegos incompletos y poco a poco ir agregando contenido, a veces de forma gratuita y otras en forma de DLC. ¿Dónde quedó la época en que teníamos garantizado el valor de nuestro dinero reflejado en la calidad del juego que compramos? Hoy en día es raro el título AAA que llega completo.

¿Es acaso que la tecnología está superando rápidamente la capacidad de los desarrolladores para terminar sus juegos a tiempo? Podemos citar el ejemplo de Halo Infinite, que tuvo que atrasarse por las múltiples críticas que recibió; y esto es algo bueno, pues si se apresuran en sacar algo puede pasar lo que le sucedió a Cyberpunk 2077.

Una mejor tecnología no siempre quiere decir que habrá juegos mejores, la capacidad de crear algo realmente asombroso siempre recae en los desarrolladores, quienes pueden hacer maravillas con “poco”. Veamos los ejemplos de indies como Celeste.

Por otro lado, esta es una excelente oportunidad para realmente dar el salto que dé un rumbo completamente distinto en los juegos de video, siempre y cuando no tengamos que esperar años para ello o que nos engañen con gráficos surreales que no podamos obtener de momento.

Apenas viene empezando la vida del PlayStation 5 y del Xbox Series X, así que aún tienen el beneficio de duda, pero a la vez no podemos dejar de pensar que se están tardando en ofrecer algo nuevo y que están dependiendo de juegos anteriores para mantenerse a flote. El reloj sigue sonando, tick-tock tick-tock.