Hay una frase que me gusta mucho y es la de “El que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Claro, en este artículo no aplica como tal, pero a la vez te da una idea de que siempre es importante saber reconocer a aquellos que comenzaron desde cero en algo que apenas comenzaba a arrancar.

Muchos relacionan a los fans de la cultura geek como personas con físico imperfecto, de personalidad tímida/introvertida y con un intelecto superior, rayando en lo ñoño. Este no deja de ser un cliché que ha sido roto varias veces, pero en el caso de Silas Warner encajaba bastante; por supuesto que son tan solo aspectos superficiales pues su talento y trabajo dieron pauta a una de las historias más memorables de los videojuegos.

Silas Warner fue el creador de Castle Wolfenstein, un shooter con elementos de acción-aventura y sigilo localizado durante la Segunda Guerra Mundial, un juego desarrollado para la consola de 8-bits Apple II (manufacturada por Apple Computer Inc.) en 1981, que sería pionero en el género y que de forma indirecta serviría de inspiración para la creación de Doom y demás juegos basados en el nombre Wolfenstein.

¿Pero qué hizo tan especial a Silas Warner? ¿Tan siquiera sabías quién era? Nuestro colega Colin Campbell, escritor en Polygon, se encargó de realizar una minibiografía sobre él, investigando por su cuenta y contactando a la esposa de Warner, Kari Anne Owen, a quien entrevistó para saber más del genio detrás de Wolfenstein.

La mera presencia de Silas Warner podía llegar a intimidarte. Midiendo poco más de 2 metros y pesando más de 300 libras (poco más de 136 kg) era alguien imponente; sin embargo, quienes lo conocieron lo describen como una persona tímida, introvertida y bastante humilde. Con una alta inteligencia y amor por las computadoras, era el clásico geek con tendencias fuera de lo común y hábitos extraños para los demás, incluso trabajaba con dos computadoras a la vez.

Castle Wolfestein fue el primer juego en la historia en incluir diálogos digitalizados (un logro para la época) y uno de los primeros juegos de sigilo en existir, que después se popularizarían con títulos como Metal Gear. Gracias a su éxito, tres años después lanzaría su secuela, Beyond Castle Wolfenstein.

Warner se graduó como físico en la Universidad de Indiana pero trabajaba como programador de computadoras cuando no estaba estudiando. Al titularse fue contratado en esa misma escuela y desarrolló PLATO, un sistema de educación computacional con el que enseñaba a programar en la computadora.

Los estudiantes podían usar ese sistema para programar juegos, uno de ellos siendo Empire, en el que Warner estuvo involucrado y algunos consideran que es el primer shooter multiplayer de la historia. Por su propia cuenta, Warner desarrolló dos juegos más: Conquest, un shooter; y Air Race, un simulador de vuelo multiplayer.

Después sería contratado en Commercial Credit, una compañía de seguros, en donde programó juegos de entrenamiento educativos que se utilizaban para practicar interacciones con los clientes. En sus tiempos libres seguía creando juegos, lo cual hablaba de su pasión por la programación.

Fue en esta compañía donde hizo amistad con Ed Zaron y Jim Black, con quienes congenió para hacer más juegos y después venderlos en ferias de computadoras, con lo cual obtuvieron un éxito tremendo, lo suficiente para motivarlos a dejar sus empleos y dedicarse de lleno al desarrollo de software, fundando su propia compañía, Muse Software.

Es aquí donde creaban programas para Apple II tanto de arte como de sonido, pero lo que tuvo más éxito fueron los videojuegos. Algunos de ellos como Escape y Tank Wars fueron hits rotundos, algunos llegando a impactar la vida de sus jugadores, por lo que la compañía creció y se expandió lo suficiente para convertirse en una empresa de renombre, desarrollando juegos para Atari 2600 y Commodore 64.

Castle Wolfenstein surgió en esta época, cuando Warner se encontraba jugando Robotron 2084, un título de ciencia ficción y robots, pero no sabía cómo hacer algo propio de ese estilo. Fue cuando vio la película The Guns of Navarone, que trataba de la Segundo Guerra Mundial, que supo la respuesta y seis meses después ya había lanzado Castle Wolfenstein.

Lamentablemente, una serie de sucesos en los que el manager de ventas de Muse Software dejó la empresa y el nuevo gerente que contrataron cayó enfermo y falleció poco tiempo después, contando que la industria de los juegos crecía a pasos agigantados provocó que Muse Software entrara en bancarrota por la nula educación financiera y las pocas ventas.

Los derechos del nombre Wolfenstein pasaron a un agente comercial, por lo que John Carmack y John Romero, fans del juego de Warner y co-fundadores de id Software, se encargaron de obtener el nombre para su nuevo juego: Wolfenstein 3D. Estos dos personajes fueron los creadores de Doom y el resto es historia. Bethesda compró a id Software y desde entonces han lanzado múltiples juegos de Wolfenstein.

Warner continuó su vida ahora trabajando en otras compañías de juegos pero como codificador, programador y especialista en computadoras; sin embargo, ya no se enfocaba completamente en el diseño de juegos. Siempre fue una persona humilde respecto a sus creaciones, no tomando en serio los elogios de sus compañeros y no creyendo que Wolfenstein mereciera la atención que obtenía.

Falleció a una edad relativamente temprana, a los 54 años, debido a complicaciones con su salud pues sufría de DM2, hipertensión, artritis y daño renal, por lo que necesitaba de diálisis, y que eventualmente tomaría su vida.

Debido al declive de Muse Software y a su falta de interés por continuar en la industria de los videojuegos, su nombre es poco reconocido a pesar de que Wolfenstein es ahora uno de los títulos emblemas en el gaming, pero así lo quería Silas Warner y es algo que podemos (y debemos) respetar.


Fuente: [ Colin Campbell ]

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