En la actualidad, existe un gran porcentaje de personas que han jugado algún juego de Pokémon en su infancia o adolescencia, lo cual más allá de solamente ser un bonito recuerdo del pasado, resulta en una exposición que ha generado una zona específica en el cerebro de quienes (me incluyo) tuvieron la oportunidad de ser parte de la Pokemanía.

Esto lo sabes gracias a una investigación dirigida por Jesse Gómez, un investigador de UC Berkeley, quien decidió utilizar la franquicia de juegos de Pokémon para examinar el tipo de estimulación visual que impulsa el desarrollo del cerebro. La investigación se basó en realizar escaneos de resonancia magnética a 11 voluntarios, quienes tenían la peculiar característica de haber jugado Pokémon de forma obsesiva o competitiva en edades entre los cinco y ocho años durante la década de los noventa.

Los resultados de dichas resonancias revelaron que un pliegue cerebral llamado surco occipitotemporal, el cual recubre el lóbulo temporal, se había transformado en una zona dedicada solamente para los recuerdos de Pokémon. El líder de la investigación brindó más detalles al respecto:

Encontramos una gran diferencia entre las personas que jugaron a Pokémon en su infancia en comparación con las que no lo hicieron. Los expertos en Pokémon no solo desarrollan una representación cerebral única para Pokémon en la corteza visual, sino que lo más interesante para nosotros es que la ubicación de esa respuesta a Pokémon es consistente en todas las personas.


Más allá de lo curioso que resulta dicho estudio, termina de cimentar y corroborar una teoría ya establecida en el pasado, la cual menciona que los humanos, así como algunos primates, organizan los estímulos visuales que experimentan durante la infancia en regiones neurológicas específicas.

En términos científicos, dicha teoría sugiere que las dimensiones y ubicaciones de las regiones cerebrales dedicadas a los estímulos visuales se definen por la cantidad de espacio en el campo visual que consumen esas imágenes. En el caso de las personas que jugaban o jugaron Pokémon en dispositivos de mano (Gameboy, Gameboy Advance), había un alto grado de consistencia en ambos factores al usar la visión central para enfocarse en los personajes en la pantalla, y las imágenes generalmente se habrían mantenido en frente de la cara, haciéndolos aproximadamente del mismo tamaño en el campo visual, lo que conlleva a grabarse como un estímulo de prioridad en la vida de la persona. Inclusive, estudios pasados han demostrado que el surco occipitotemporal también responde a imágenes de animales, por lo que tiene sentido que los personajes de Pokémon terminen archivados en esa área.

Para saber más de esta investigación, pueden encontrarla en la prestigiosa revista Nature.

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