Hay un dicho muy popular que dice: “uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido”. Este famoso refrán lo podemos aplicar de muchas formas, y en variadas situaciones, pero hoy hablaremos de una de las cosas que más duele, la pérdida de un gran amigo.

Ya han pasado cuatro años desde el sensible fallecimiento de Satoru Iwata, esta terrible pérdida fue irreparable tanto para su familia, la empresa y los entusiastas de los juegos de video. Iwata-san fue un ejemplo de lucha, de pasión y una inspiración para cualquier persona que goce de este hobby, además de ser una de las personas que estuvo trabajando con quien resintió más su pérdida, Shigeru Miyamoto.

Miyamoto e Iwata tenían una excelente relación de trabajo, ambos se mostraban un respetuo mutuo tan marcado que incluso se consideraban rivales, y ese aspecto los motivaba siempre a superarse en cuanto a desarrollo de juegos se trataba. Cuando Iwata fue presidente de la compañía, el mismo Miyamoto iba con él personalmente para hablar sobre ideas para futuras entregas. Eso lo narra en el libro sobre la vida de Iwata, el cual ya está disponible en el mercado japonés.

Para mí, él era más que un amigo. Yo nunca sentí que era mi jefe o que estaba por debajo de él. Nunca se enojó; jamás nos peleamos de nada.

Normalmente, si alguien más joven que tú y con menos años de experiencia llega a ser presidente, podría ser difícil llevarse bien, pero él nunca fue así. Desde mucho se notaba que él estaba más calificado para el puesto (más que yo), así que eso nunca fue problema. Creo que eso nos permitió convertirnos en verdaderos amigos.


Miyamoto cuenta incluso que él e Iwata se frecuentaban mucho en la hora del almuerzo. Esto fue en los tiempos donde Iwata era el presidente de HAL Laboratory; terminaron creando una costumbre de ir por un tazón de ramen de noche.



Nintendo no paga por convivencia social, así que teníamos que pagarlo todo de nuestra bolsa. Eso se convirtió en una tradición que duró incluso después de convertirse en el presidente de la empresa, y yo en un ejecutivo.

Desde que murió, Nintendo ha estado bien. Dejó muchas palabras y estructuras que viven en el trabajo de nuestros trabajadores jóvenes el día de hoy. El único problema, es que si tengo una idea buena para los fines de semana, no tengo con quien compartirla el siguiente lunes. Que ya no podré escucharlo decir: “Ah, sobre esa cosa…” eso es algo que me afecta, me pone triste.


La amistad es un tesoro que hoy en día ya no se sabe si es verdadera o solo por interés; Iwata y Miyamoto son un ejemplo de dos genios que compartían ideas, se apoyaban, y nunca les molestó el éxito del otro. Sin duda podemos siempre aprender de estas personas y ser mejores cada día, hay que cuidar a los amigos, ya que no se sabe qué día nos puedan hacer falta.

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Fuente [NintendoEverything]

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