Contrario al PlayStation 5, el Xbox Series X y S será compatible con más de 1,000 títulos de generaciones anteriores, o lo que es lo mismo, con todos los juegos de consolas pasadas. Pero no solo se trata de ser compatibles, sino de mejorar la calidad de estos juegos.

Esta compatibilidad correrá de forma nativa en la nueva consola con todo el poder del GPU, CPU y SSD, sin necesidad de downclocking o modo boost, es decir, los títulos se jugarán con el desempeño para el cual estuvieron diseñados originalmente, por lo que tendrán más cuadros por segundo, además de tener mayor resolución y calidad visual.

Quizá una de las ventajas más notorias es la de haber implementado auto-HDR, con el que los juegos de Xbox One y 360 tendrán una gama mucho mayor de brillo y colores, comparado con el SDR, la calidad estándar. Todo esto sin necesidad de un costo adicional. Nuestros amigos de Stevivor nos muestran una pequeña probadita de esto con Alan Wake.

No solamente en el apartado visual se mejora, pues también los cuadros por segundo aumentarán. Este video viene por parte de Microsoft, en donde se muestra la diferencia al jugar Fallout 4 en un Xbox One con un Xbox Series S (recuerda que el X es aún más poderoso). El cambio se nota de inmediato.

Por último, con la revelación de la nueva interfaz del PlayStation 5, es claro que Microsoft no se quedaría atrás, por lo que han hecho lo mismo al mostrarnos cómo se verá el menú principal de su nueva consola.

¿Ya estás listo para noviembre? No te preocupes por elegir la mejor consola, todas tienen lo suyo y a final de cuentas obtendrás la que mejor te convenga. Elige sabiamente.

Fuente: [Xbox]

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