La Evolución de Doom: Más Allá de las Consolas

Doom, un clásico atemporal del mundo de los videojuegos, ha trascendido su esfera original para convertirse en un fenómeno cultural. Desde su creación por John Romero y John Carmack en 1993, este juego ha sido un pionero, no solo en la industria del entretenimiento digital sino también en el arte del "modding" y el "speedrunning".

La obsesión por hacer funcionar Doom en dispositivos inusuales ha llevado a que se ejecute en objetos tan diversos como pruebas de embarazo, bloques de Lego, e incluso papas. Ahora, este fenómeno ha alcanzado un nuevo horizonte: las bacterias intestinales.

Innovación Científica: Doom en un Microcosmos Bacteriano

Lauren Ramlam, estudiante de doctorado en biología en el MIT, ha llevado la versatilidad de Doom a un nuevo nivel. En su proyecto de biología sintética, Ramlam se cuestionó si era posible albergar este clásico juego en sistemas biológicos.

A través de un meticuloso proceso que involucra proteínas fluorescentes, ha logrado crear una especie de pantalla biológica, donde cada célula actúa como un píxel en una pantalla de 32 x 48. Esta hazaña científica, aunque impresionante, enfrenta un desafío significativo en términos de velocidad. El proceso es tan lento que, según Ramlam, llevaría aproximadamente 599 años completar una partida de Doom en este sistema.

Un Mundo en Espera: La Partida de Doom de 600 Años

El principal obstáculo en este innovador uso de Doom es la lentitud con la que las bacterias procesan y visualizan cada fotograma del juego. A pesar de que la pantalla biológica funciona, la velocidad de cuadros está severamente limitada. Ramlam explica que se necesitan alrededor de 70 minutos para alcanzar la máxima visualización de un fotograma en una célula activa, y más de 8 horas para que la célula regrese a su estado inicial. Este ritmo glacial resulta en una experiencia de juego que se extendería por siglos.

Doom en Todas Partes: Del Block de Notas a la Biología

Este experimento se suma a una larga lista de hazañas que han llevado a Doom a funcionar en plataformas inimaginables. Un ejemplo notable es el proyecto de Sam Chiet, también conocido como Samperson, quien logró ejecutar Doom en el Block de Notas de Windows a 60 cuadros por segundo utilizando arte ASCII. Este logro fue aplaudido por uno de los co-creadores de Doom, John Romero, destacando la creatividad y la innovación detrás de estos proyectos.

Doom, un Fenómeno Transversal

La incursión de Doom en el mundo de la biología sintética no solo subraya la versatilidad y la popularidad perdurable de este videojuego sino que también destaca la intersección entre la tecnología, la ciencia y la cultura pop. Mientras la comunidad continúa encontrando maneras cada vez más creativas y extraordinarias de experimentar con este clásico, Doom permanece como un testimonio del ingenio humano y su capacidad para trascender límites.

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