La penitenciaría de Rikers en Nueva York compró una gran cantidad de consolas portátiles para sus presos, ésto tras la cancelación de las visitas por la crisis de salubridad y las medidas de distanciamiento social debidas a la pandemia de COVID-19.

5,500 consolas similares al Game Boy, con un costo individual de 15 dólares fueron compradas por el gobierno y distribuidas. Esto fue recibido con opiniones mixtas ya que muchos empleados tanto de la prisión como de otros sectores están peleando por obtener mejor equipo de seguridad.

Siendo Nueva York el lugar que más ha sufrido debido a la pandemia, con una trágica cantidad de muertes que supera las 17 mil personas y con numerosas historias centradas en la siempre amenazante falta de recursos, tanto insumos como económicos, para combatir la enfermedad.

Fuente: Daily News

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