En Kotaku, Cecilia D’Anastasio nuevamente comparte uno de sus muy interesantes artículos respecto a temas un tanto delicados del mundo del gaming. En este caso habla acerca de cómo el acoso y las amenazas, la discriminación y cómo en general el ambiente tóxico del juego se ha vuelto parte de la comunidad del gaming a un grado que ya muchos los consideran normal, cuando no debería serlo.

De acuerdo con su artículo, D’Anastasio revela diversos estudios en los cuales se refleja un acoso constante contra diversos tipos de jugadores en lobbies (o medios de comunicación durante el juego, para los cuales). Los jugadores de manera constante han sufrido algún tipo de discriminación por etnicidad, orientación e identidad sexual, pero más comúnmente, por ser del género femenino (siendo el gaming una comunidad mayormente formada por varones).

La gente que comete la mayoría de estos acosos son los famosos trolls y gente con simples o complicados problemas de actitud, pero lo más sorprendente del caso, es que hasta se han encontrado supremacistas blancos dentro de los juegos, mostrando que tiene áreas de poca moderación en la que muchos jugadores tóxicos se salen con la suya haciendo ataques personales a las cuentas de otros jugadores, e incluso llegando a hacer el famoso Doxing.

En su estudio demuestra diversos números, los cuales muestran un bajo porcentaje de experiencias positivas y un número preocupantemente alto de casos en los que los jugadores han normalizado la conducta tóxica dentro de los juegos.

Sinceramente recomiendo mucho este escrito, si tienen entendimiento del inglés escrito o pueden traducirlo de alguna forma, vale mucho la pena darle una checada.

Aportando mi granito de arena a este caso, personalmente he presenciado, a través de los años, diversos casos en los que los usuarios han tenido este tipo de conducta abusiva contra otras personas. De hecho he sido testigo y personalmente he presenciado (en diferentes medios tanto presenciales como virtuales) cómo el acoso y la discriminación asoman su fea cara en un entorno que debería ser un momento de diversión y sana competencia.

Y no estoy solo, estoy seguro que muchos de ustedes estimados lectores y jugadores, han visto u oído insultos dirigidos a ustedes u otras personas si es que han estado en un lobby o hablado con personas en línea dentro de un juego. Es tan común que me atrevería a decir que la deportividad y la buena conducta entre extraños es… pues, extraño.

Ahora, solo porque algo sea común no quiere decir que debería ser normal. La conducta tóxica es sinónimo de frustración de parte de varios jugadores, personas que en muchas ocasiones usan insultos y enojo como una ventana para liberar su estrés, tristeza y frustración. Aunque no por ello se justifican estos actos, muchas veces las personas que muestran ser así en lo que es tan solo un juego, tienden a ser personas que en el fondo tienen más problemas emocionales de los que aparentan.

Obvio no todos los casos son gente frustrada, a veces el anonimato, siendo una parte esencial de cómo funcionan algunos de los foros más famosos y controversiales en línea como 4chan y 8chan, muestran que toman una parte muy importante de su naturaleza gracias al anonimato, en el que las personas pueden mostrar características sin simpatía y sin ningún reproche. Después de todo, ¿por qué habría responsabilidad cuando no hay a quien dársela?

Los videojuegos son lugares a los que muchos de nosotros nos dirigimos como un escape a frustraciones de la vida real, como un medio para alejarnos de la rutina y la vida cotidiana, y tener aunque sea unos minutos de tranquilidad o diversión. No solo son una distracción, son ambientes en los que nos gusta convivir gracias a lo que representan para nosotros: alegría, camaradería, tranquilidad, competencia e incluso auto superación, pero también, como en toda comunidad, existen individuos cuya nube negra opaca el ambiente de las personas.

No importa quién seas, no importa tu género, tus capacidades físicas o mentales, tus creencias religiosas, tu etnicidad o tu identidad sexual; los videojuegos no deberían ser un ambiente en el que a uno lo discriminan por simplemente ser quienes somos. Yo amo los videojuegos porque son para todos y nadie debería hacernos sentir mal por tan solo jugar un juego, ni nadie debería usarlo como un medio para ventilar problemas atacando a otros.

Como dice Cecilia D'Anastasio: Como parte de una sociedad más amplia, ¿es la parte tóxica los valores que queremos hacer brillar en este medio creciente?


Fuente
| Kotaku

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