Puede ser que a Alan Moore no le parezca nada bien que las compañías empleen su trabajo para sus propios fines, y es con justa razón, sin embargo, ello no significa que los productos basados en Watchmen sean algo malo, al contrario, la serie de HBO de 2019 nos demuestra que puede hacerse un gran trabajo en dicha tarea de adaptación y continuación.

Watchmen (2019) es una miniserie de 9 episodios que pretende continuar la historia de la legendaria novela gráfica, dejando de lado la adaptación cinematográfica de Zack Snyder. Sin embargo, si la única referencia previa que tienen de Watchmen es a través de la película, no hay tanto problema para que puedan disfrutar de la serie de HBO, pero seguramente habrá más de una referencia que se les pasará por alto.

La serie sigue a la detective Angela Abar, quien es una oficial de policía en Tulsa, Oklahoma, en una distópica presentación de la actualidad, llena de enmascarados, supremacistas blancos, personajes que nos resultan familiares y misterios por resolver. Angela irá revelando numerosos misterios del pasado y en el camino se topará con los resquicios de una era distinta, la cual cambió para siempre al mundo, y descubrirá que nada termina en realidad.

A lo largo de los 9 episodios de la serie vemos como las distintas partes que conforman la historia van entrelazándose hasta llegar a un climatico final. Desde el misterio de asesinato con el que abre la serie (en paralelo directo a cómo inicia el cómic); pasando por la presencia de la Séptima Kaballería (sí, con K), un grupo de supremacistas raciales; lo ocurrido con Adrian Veidt, es decir Ozymandias y como sus acciones impactaron el futuro después de haber triunfado en su plan para detener la guerra fría y por supuesto, el presente eternamente continuo de Dr. Manhattan.

Además Watchmen como siempre toca temas bastante políticos como el racismo y la apropiación de las ideas y la guerra, sin dejar de lado temas profundamente personales y humanos, como la familia, el romance y los efectos que el trauma tiene en las personas. Todo ello explorado de una manera mixta, entre ideas grandilocuentes y temas prácticamente mundanos, desarrollando una historia central y a sus personajes de manera individual, tanto a los nuevos como a los viejos conocidos.

No podemos decir que es la adaptación definitiva, pues a pesar de ser bastante fiel en algunos aspectos, el creador de la serie, Damon Lindelof, se tomó algunas libertades en la presentación de los personajes, en especial en el caso de aquellos que son derivados directamente de la novela gráfica.

Aunque no constituye una serie perfecta, sigue siendo una interesante exploración y cambio en el género del cómic pasado a filme, acompañado de actuaciones excelentes, una banda sonora mesmerizante y una dirección visual excepcional, haciendo del paquete completo una experiencia que vale la pena disfrutar.

Watchmen tiene algo que cualquier fan de los cómics, así como cinéfilos y binge watchers, pueden encontrar apetecible, si bien no en un estado puro, pero sí con la extraña y caótica armonía de un género que ha sido explorado y vuelto a explorar, para encontrar un respiro nuevo y una serie que seguramente podrán recomendar después.

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