A estas alturas ya muchas personas están familiarizadas con Invincible por la serie de Amazon Prime Video, pero quizás no todos están al corriente con los acontecimientos del material fuente. El cómic fue creado en 2003 por el guionista Robert Kirkman y el dibujante Cory Walker, también fue ilustrado por Ryan Ottley, y tuvo una serialización hasta febrero de 2018 con un total de 144 capítulos, organizados en 25 volúmenes compilatorios.

Pero ¿por qué no esperar hasta que la serie emita el resto de la historia? y ¿qué puedo esperar de este cómic? Si han visto al menos un episodio de la serie ya pueden darse una buena idea de el tono de la historia en general, pero sobra decir que hay diferencias entre ambas y si no pueden esperar a saber hacia dónde va exactamente la historia de Invincible, les aseguro que no se arrepentirán de leer el cómic.

La historia de Invincible, como todas las buenas historias fantasiosas o de superhéroes, es buena porque logra romper esa barrera de la inexistencia y llevar problemas, situaciones y dilemas humanos o de la vida real hacia sus páginas, aunque también ayuda que hay bastante sangre y acción, si eso es lo suyo.

En el fondo Invincible es una historia sobre mucho más que un muchacho que acaba de obtener superpoderes y que tiene un padre alienígena, es una historia de autodescubrimiento, convicción, heroísmo, moralidad, sufrimiento, aprendizaje y mucho más. Es una telaraña compleja de preguntas morales, personales y hasta sociales, en las que si bien se nos presenta un punto de vista, no se pretende dar nunca una respuesta definitiva.

El cómic en se ve elevado porque, a diferencia de muchas sus contemporáneos americanos, es decir otros cómics, la historia de Invincible es contínua; sin sufrir de los infames retcons o sin que una parte de la historia no afecte por ser autocontenida, y no es que haya algo malo con las historias autocontenidas, pero el ver una historia completa y sus diversos arcos entrelazados es algo que no ocurre todos los días en cómics de mucha popularidad, de hecho recordando más al estilo de sus contrapartes japonesas, los mangas. 

Quizás sobra decirlo, pero Invincible tiene un principio y un fin claramente definidos. Esto le permitió al autor y los artistas enfocarse en el desarrollo de sus personajes, sus relaciones y en la construcción de un universo muy interesante que no se ve mermado por la sombra de querer mantener viva una franquicia para vender mercancía, de hecho incluso se burlan abiertamente de la industria de los cómics en muchas ocasiones con un metahumor muy particular.

Por supuesto que el cómic tampoco es perfecto, tiene puntos altos y puntos bajos, aunque nunca tan bajos como para dejar de leer y en general mantiene un nivel alto de consistencia en cuanto a su valor de entretenimiento, humor  y acción. Constituye una historia bastante completa y francamente un poco cruda y, el no estar limitada por ser una historieta para niños/adolescentes jóvenes, le ayuda mucho a tocar temas que otras publicaciones jamás se atreverían a tocar, incluyendo temas sociales y sexuales.

En cuanto a la comparación con la serie animada: en mi opinión la serie está un poco mejor ejecutada que el cómic, al menos en la parte inicial de la historia, si bien la serie no es infalible, sí hizo un excelente trabajo en condensar, retocar y mejorar mucho de lo que corresponde a los primeros arcos de la historia, pudiendo considerarse una versión superior, lo cual me emociona mucho por el futuro de la versión animada, pues ya tengo en muy alta estima a la versión del cómic. Así que, aunque ya sé cómo termina la historia, tengo mucha curiosidad en ver que cambios y mejoras ocurren en el futuro, por lo cual también les extiendo una amplia recomendación para que lean el cómic y sigan viendo la serie.

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