Mientras esperamos la salida de la segunda temporada de la popular serie, The Witcher, Netflix se ha apiadado de nosotros y nos trae, Nightmare of the Wolf o La pesadilla del lobo, que es un filme animado que se centra en uno de los personajes más icónicos de la saga de Witcher: Vesemir.

La pesadilla del lobo es en todo sentido una historia de origen y un poco de introducción al resto del “lore” del mundo de Witcher, de hecho es la historia perfecta para prepararse para la llegada de la segunda temporada de la serie principal, pues ambas se enfocan en el mismo sitio: Kaer Morhen.

Vesemir, un duro brujo que actúa en todo sentido como un mercenario se ha entregado a una vida que se concentra sólo en monstruos y placeres, en un mundo en el que los brujos abundan sobre la tierra y el trabajo es cada vez menos. Pero cuando Kaedwen se ve acechada por una peligrosa y misteriosa criatura, Vesemir se verá obligado a entrar en cuestiones de las que no es tan adepto, cuestionando su vida y sus propósitos junto con los de los demás brujos de Kaer Morhen, todo ello traerá recuerdos de un distante y trágico pasado.

La historia emplea a Vesemir como su vehículo para llevarnos de la mano con un mundo que nos parecerá muy familiar, con la excepción de la presencia de muchos más brujos y de hecho, si ya están familiarizados con la franquicia o prestaron cercana atención a la serie, sabrán que el Geralt de la actualidad es uno de pocos sobrevivientes y en esta historia se nos cuenta cómo fue que los brujos cayeron de la gracia de la humanidad.

 

Si bien el enfoque principal de la película está en Vesemir tenemos una fuerte lista de personajes para acompañarle, como Tetra, Delgan y Lady Zerbst, incluso vemos rostros familiares como el del señor de los elfos, Filavandrel. Es con estos personajes que se nos permite explorar mejor tanto el carácter de Vesemir y sus motivaciones, como ahondar en las siempre grises temáticas de la franquicia.

Y es justo gracias a esa moral ambigua, tanto para héroes como para villanos, que La pesadilla del lobo triunfa, logrando darnos una película llena de acción pero también una que nos hace cuestionar tanto a nuestros protagonistas como a sus enemigos, pintando un panorama en el que las respuestas no son claras ni completamente satisfactorias y que le da un pequeño dejo de realidad a un mundo tan centrado en la fantasía.

Por el lado de la animación no se van a llevar ninguna decepción. Las escenas de pelea son constantes pero no llegan a hostigar y la animación es siempre pulcra, quizás no a la altura de algunos otros proyectos de Netflix, pero no por ello menos efectiva y excepcional, dándole a los momentos épicos todo el peso que merecen, pero brillando particularmente en los momentos de más serenidad. Esta animación en conjunto con la música hacen que cada instante tenga un toque muy particular, recibiendonos bien en el contexto del universo de The Witcher.

Dentro de todo podría decirse que la película es una versión condensada de los elementos que hacen tan icónico a The Witcher y que ayuda a explorar más de un mundo en extremo interesante. Además no necesitan mayor contexto que la serie para poder disfrutar de la película, por lo que si están ansiosos (de veras) por un poco más de The Witcher, estoy muy feliz de decirles que la dosis adecuada está aquí.

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