Uno de los anuncios más grandes de los Game Awards de este año fue el primer vistazo que tuvimos de la secuela de Sonic The Hedgehog, donde Knuckles se robó el show, si bien ya sabíamos de la película eso me puso a pensar ¿qué hace exitosa a una adaptación de videojuegos?

Con muchos proyectos ya fallidos y algunos pocos siendo altamente exitosos… ¿Cuál es la diferencia entre el fracaso y la gloria para las adaptaciones de videojuegos? En mi opinión hay varios factores involucrados, como el formato, el apego al material base e incluso el objetivo del contenido.

Para empezar por el formato me refiero a si es una película o una serie y sí es animada o live-action. Hoy en día los efectos especiales hacen magia en la pantalla y aun así hay cosas que no se traducen bien, mientras que en un contexto completamente animado quizás no se vean fuera de lugar. No todo tiene por qué lucir como la infame película de Super Mario Bros.

Por otra parte está la duración del formato, es decir si es una película o una serie. Aquí es donde las comparaciones comienzan a ser más evidentes. Lo peligroso de una película es que tienen un tiempo limitado para compactar a veces años y años de “lore” de un juego en un par de horas, además de tener que balancear eso con crear una experiencia entretenida o una historia interesante.

Analizando un poco, por lo general los proyectos exitosos tienden a ser adaptaciones animadas que toman ciertas partes del universo en el que están basadas y las transforman en algo propio y único, como Arcane y Castlevania, mientras que las películas basadas en videojuegos que sí han tenido éxito, aprovechan más el humor con elementos de lore esparcidos aquí y allá, como Detective Pikachu y Sonic The Hedgehog, que además tienden a no tomarse tan en serio como algunos otros productos.

Esto no significa que optar por una serie siempre sea mejor, sólo falta con ver la serie de Dota y no todas las películas tienen que seguir esa misma fórmula, como la más reciente adaptación de Mortal Kombat, pero es una línea muy fina sobre la cual la producción debe caminar y esa cuerda floja ha llevado a muchos proyectos a terminar en el fondo de la opinión pública.

Otro elemento importante es la comprensión del material fuente, sabiendo condensarlo y adaptarlo cuando es necesario o descartarlo cuando mejor convenga, pues hay veces en las que las historias de los juegos son lo suficientemente buenas como para ser una película de Oscar en si mismas.

Pero en otras ocasiones quizás es más conveniente usar el contexto del juego como un universo base, como elementos en un rpg y construir una historia vagamente basada en los elementos presentados, siendo flexibles pero también atentos a los detalles importantes y todo ello enfocado con un objetivo en específico.

En general los proyectos de adaptación son difíciles, se trate de anime, comics, libros o juegos, pero mis apuestas siempre estarán más del lado de las series como formato de adaptación, en especial si ya han visto alguna otra forma de adaptación exitosa, como es el caso de The Witcher, que pasó de las páginas a las consolas y luego a la pantalla. Ello no significa que esté cerrado a las películas, sin embargo por los puntos previamente expuestos, y la enorme cantidad de adaptaciones miserables es mucho más fácil apostar por lo contrario, en particular cuando hay animación de por medio.

Las adaptaciones no dejarán de existir pronto, pero espero que los proyectos futuros tengan más de lo necesario para ser exitosas y atraer tanto a fans como a público nuevo, pues esa es la finalidad de esta clase de proyectos más allá de las ventas, que una gran historia o un mundo realmente interesante, sea explorado por nuevos y curiosos ojos.

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