El actor James Dean, que murió en 1955 a los 24 años en un trágico accidente en su famoso auto “Little Bastard”, un Porsche 550, volverá a la pantalla grande por medio de CGI en un drama de acción de la guerra de Vietnam, más de 6  décadas luego de su muerte.

El ícono cultural ha sido elegido post-mortem como uno de los actores para la película Finding Jack. Los responsables del proyecto son los directores Anton Ernst y Tati Golykh, que bajo su recientemente fundada casa productora, Magic City Films, consiguieron los derechos sobre la imagen de Dean de su familia. Las empresas Imagine Engine de Canadá y MOI Worldwide de Sudáfrica, trabajarán en conjunto para recrear una versión muy realista de James Dean, donde su cuerpo completo será construido por CGI pero otro actor deberá prestarle la voz. La pre-producción del filme comenzará el 17 de noviembre con la intención de ser estrenada el 11 de noviembre del 2020, el día de los veteranos.

Finding Jack basada en la novela de Gareth Crocker, será adaptada por Mari Sova y estará centrada en la existencia y el abandono de más de 10,000 perros de la milicia al final de la guerra de Vietnam. Un soldado americano, Fletcher, luego de perder a su esposa viaja a Vietnam donde crea un vínculo con un perro que salva su vida. Dean (que murió antes de la guerra de Vietnam) “interpretará” a Rogan, un personaje secundario. 

Según Ernst, la búsqueda por el perfecto actor para interpretar a Rogan fue exhaustiva pues su personaje tiene algunos arcos extremadamente complejos. Finalmente, luego de meses de investigación, decidieron que James Dean sería el indicado. Ernst dijo además sentirse muy honrado de contar con el apoyo de la familia de Dean, quienes ven Finding Jack como la cuarta película que el “rebelde sin causa” desafortunadamente nunca logró filmar.

Mark Roesler, CEO de CMG Worldwide, la compañia que representa a la familia de Dean junto a otros más de 1,700 personajes del entretenimiento, deportes, música y personalidades históricas, cree que esta película podría abrir las puertas para “revivir” a muchos más íconos fallecidos como Burt Reynolds, Christopher Reeve, Ingrid Bergman, Neil Armstrong, Bette Davis y Jack Lemmon entre muchos otros más.

A pesar del entusiasmo con el que el equipo de producción anunció su filme, las críticas negativas no han parado de llegar. Las redes sociales explotaron contra Ernst diciendo que utilizar a un actor fallecido era “una falta de respeto”. El actor Chris Evans (MCU) dijo irónicamente que quizá una computadora podría pintar como Picasso o crear música como John Lennon y describió la decisión como “despreciable”; por su parte, Zelda Williams, hija del fallecido actor Robin Williams (que restringió cualquier explotación a la imagen de su padre por los siguientes 25 años luego de su muerte), dijo vía Twitter que esta película marcará un horrible precedente para el futuro de la actuación. Elijah Wood comentó que “esto no debería exisitr”; Bette Midler y Dylan Sprouse son otros actores tampoco están de acuerdo con “revivir” íconos.

Ernst, respondió a las críticas diciendo que le entristece y le confunde la cantidad de comentarios negativos, pues su meta nunca fue crear un truco publicitario, al contrario, él pretende que el legado de Dean continúe, trayendo a nuevas generaciones la posibilidad de “trabajar” con actores fallecidos. Dijo además que Dean nunca fue el énfasis de la película, pues la base del filme es el amor, la amistad, los veteranos que sirvieron en Vietnam y especialmente los perros que trabajaron junto a los humanos en la guerra, lo demás son distracciones a lo que importa en la trama.

Las películas actuales utilizan CGI como una herramienta para rejuvenecer o envejecer actores, del mismo modo fue usado también para agregar a la fallecida Carrie Fisher en la saga de Star Wars y nadie se opuso, al contrario, los fans lo vieron como una forma de honrar su legado dentro de la franquicia, el límite está en si la actriz antes de fallecer declaró ya no querer ser parte de Star Wars, en ese caso se estaría sobrepasando un límite, dijo Ernst.

Con los actores fallecidos, quienes tomarán la decisión de “revivirlos” o no, recae en sus familiares, de ese modo se continuará lucrando con la imagen de grandes personalidades desconociendo si hubieran estado de acuerdo o no de representar cierto papel.

Fuente: [The HollyWood Reporter], [1]

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