Fundador de ufotable (Demon Slayer) admite evasión de impuestos
Hikaru Kondo creyó que sus acciones no afectarían al estudio.
17 de septiembre, 2021
Ufotable, el estudio de animación que con los años ha ganado gran prestigio con títulos de series anime como la franquicia Fate, la emblemática Kimetsu no Yaiba (Demon Slayer) y el exitoso videojuego Tales of Arise, acaba de recibir un duro golpe al darse a conocer que Hikaru Kondo, el fundador, director representativo y presidente del estudio, admitió frente la Corte de Distrito de Tokio, que ha evadido más de 138 millones de yenes ($1.25 MDD) en impuestos.
Este viernes, durante su audiencia preliminar, Kondo admitió los cargos por haber violado el Acto de Impuestos Corporaciones y el Acto de Impuestos por Consumo al evitar pagar más de 130 millones de yenes, declarando además que no pensaba que su evasión de impuestos le traería problemas a ufotable y ofreciendo disculpas por sus actos.
La fiscalía comentó que tanto ufotable como su presidente ocultaron parte de las ganancias de la compañía por sus restaurantes en Tokio con temática anime y la comercialización de productos entre los años 2015 y 2018, con motivo de evitar posibles problemas económicos en el futuro. El estudio, presuntamente ocultó cerca de 441 millones de yenes (alrededor de $4 MDD) en ganancias.
Después de la acusación oficial contra Kondo y ufotable el 9 de julio pasado, la compañía reconoció el proceso frente a la Oficina Pública de la Fiscalía, comprometiéndose a presentar la declaración de impuestos corregida y a pagar lo debido. Kondo aseguró que ya ha subsanado la deuda correspondiente en los plazos acordados.
Sin embargo, esta no es la primera vez que Kondo se mete en problemas por evadir impuestos. En mayo de 2019, Kondo renunció a su puesto de presidente del comité ejecutivo de Machi Asobi, un importante evento que era organizado por ufotable, debido a las acusaciones de la revista digital Bunshun que señalaba que el estudio debía 400 millones de yenes en impuestos, malversando fondos recolectados en una subasta de caridad por el terremoto que devastó Tohoku en el 2011, una violación que según el código penal japonés, podría acarrear una sentencia de hasta 10 años de cárcel; no obstante, el Buró de Impuestos Regional de Tokio no levantó cargos en ese momento.
Fuente: ANN