Rocksteady cambió la línea temporal en la cual vivimos con el lanzamiento de Batman: Arkham Asylum, inspirado en las historietas de DC, en el cual el Joker elaboraba un plan para tomar las instalaciones de la prisión Arkham y encerrar a Batman con todos sus enemigos, y a su vez, amenazar a Gotham City con bombas escondidas.

Un juego que realmente nadie veía venir porque re-establecería una fórmula de beat’em up en tercera dimensión que sería imitado por muchos otros títulos y se volverían “Arkham-Like” como Shadow of Mordor y Marvel’s Spider-Man

Lo que fascinó a los seguidores de Batman fue la fidelidad con la cual se diseñó y se llevó a cabo el juego, desde las voces originales de las animaciones de DC (con talentos como Kevin Conroy y Mark Hamill) hasta el cuidado con el cual se profundizó en la psiquis de los villanos y su interpretación, así como el concepto “Metroidvania” de tener un campo abierto al cual no puedes acceder completamente hasta que tengas el equipo necesario para poder regresar y entonces descubrir secretos, al estilo Metroid Prime pero en tercera persona.

Arkham Asylum goza de una trama entretenida y un trasfondo profundo que inclusive te invita a entrar al menú y leer todas las fichas técnicas de los villanos y conocer su pasado, sus motivaciones, su origen y sus habilidades; siendo una lectura realmente entretenida que no requiere que tengas conocimiento previo de su existencia para disfrutarlo.

El combate puede ser muy divertido… al inicio, pues realmente puedes extender tus combos y tu “calificación” con variaciones y gadgets, luciendo dinámico y violento, pero realmente si lo único que te interesa es terminar el juego, el botón de counter es tu amigo y puedes abusar de esta opción hasta que te aburras, no es algo muy inspirado.

Lo que realmente mantiene a los jugadores clavados con esta saga, son los villanos, quienes ponen a prueba a nuestro cruzado encapuchado en cada momento que pueden, ya sea formando alianzas, poniendo trampas, tomando rehenes o amenazar a la ciudad en general. Esta interacción es realmente interesante ya que aquí tenemos un enfoque más “personal” en Batman, entendemos su enfoque como el mejor detective del mundo y trabajamos de esa forma para poder resolver incógnitas, escenas del crimen y entender la motivación y el paradero de ciertos villanos.

Es enriquecedor ver la interacción directa con villanos como Joker, Bane, Riddler, Victor Sasz, The Penguin, Hugo Strange, Ra’s al Ghul, Harley Quinn, Poison Ivy, The Scarecrow y muchos, muchos más.

Es un repertorio increíble y rico en contenido, y Rocksteady supo aprovechar muy bien el material.

El éxito de este título llevó a la creación de dos secuelas y dos spin-offs, que en cierta medida expanden y enriquecen todavía más el concepto, pues pasamos de la prisión Arkham a la ciudad Gotham, convertida básicamente en una prisión gigante, brindando el concepto de Arkham City.

En Arkham City la situación se vuelve todavía más crítica y todo está en riesgo, obligando a Batman a trasnochar otra vez mientras decide detener los planes de múltiples villanos quienes se unieron para ejecutar algo todavía más siniestro. Aquí no se innova mucho, pero el sombrero es nuevo el mapa es mucho más grande. Era el plan de Rocksteady: “hacer todo más grande” con el afán de hacerlo, sin mucha inspiración de por medio, pero lo que lo hacía especial era la posibilidad de “viajar” por la ciudad, planear y volverte un depredador a lo largo de toda la ciudad.

Y es aquí donde el título brilla como videojuego, pues poder convertirte en un depredador, cazar y planificar tus jugadas, es lo que convierte a Batman en… Batman, porque nunca se ha tratado de qué tan fuerte sabe golpear o que tan acrobático puede ser, pues realmente lo que lo caracteriza es su capacidad de realizar planes y contrarrestar a sus enemigos en la manera más eficaz y dolorosa posible, y sí, esto es lo que harás contra enemigos y jefes en general.

La segunda secuela es Arkham Knight, que lleva el mapa de Arkham City a un plano más detallado y con calidad superior pero con una trama inquietante que nos presenta al nuevo villano que está dispuesto a hacer todo lo que Batman no es capaz, y es acabar con el problema de raíz y, de paso, eliminarlo de la ecuación.

El añadido divertido es la posibilidad de utilizar, por primera vez, el Batimóvil, un añadido que en lo personal fue muuuuuuy divertido y muuuuuuuuy frustrante ya que controlarlo adecuadamente era un verdadero infierno, pero había momentos en los cuales no había problema y era un tanto gracioso pensar que Batman no mata, pero este dude que acabo de atropellar no va a caminar nunca más, en caso de que sobreviva.

Sin spoilers puedo decirles que la trama es buena y el juego realmente brilla, es un excelente cierre de trilogía, aunque su aspecto negativo no fue ignorado, pues su adaptación en PC no fue menos que desastrosa por su horrible tasa de cuadros por segundo, ralentizaciones, crasheos y, bueno, en general una vergüenza que manchó el nombre de lo que realmente fue un gran título y que fue bien recibido por la crítica.

Los spin-offs pasaron sin pena ni gloria, estos son Arkham Origins y Blackgate, los cuales buscan añadir más carne al asador con respecto a los villanos, motivaciones y cómo algunas cosas llevaron a otras, y es realmente todo en forma de precuelas.

Si bien aquí ya no contamos con las clásicas actuaciones de Kevin Conroy o Mark Hamill, recibimos sustitutos realmente experimentados en imitar voces y hacer un trabajo digno, éstos son Roger Craig Smith como Batman (Chris Redfield en Resident Evil 5 y Ezio Auditore da Firenze en Assassin's Creed 2) y el bellísimo Troy Baker como Joker (Revolver Ocelot en Metal Gear Solid V y Booker DeWitt en BioShock Infinite), ambos con un historial impecable de trabajo y que no quedan a deber en ningún momento, hasta pareciera que Kevin o Mark nunca se fueron.

5 años antes de los eventos de Arkham Asylum, Batman se ve lidiando con muchos villanos que no aparecieron en la trilogía original, brindando situaciones nuevas en un mapa muy familiar (Gotham City) y que lleva a pensar que es un reciclado de Arkham City pero con nieve.

Es en este título cuando se empieza a cuestionar si realmente era necesario algo así, pues no se siente realmente ninguna innovación real en el juego y únicamente expande la interacción de personajes y cómo es que Batman está creciendo como superhéroe, y es en cierto modo divertido o interesante ver este desarrollo, pero lo que no nos engancha es que se juega igual a sus entregas anteriores y no hay algo realmente interesante o de gran peso más allá de descubrir cómo es que Joker se obsesiona con Batman y cómo lo ve desde sus propios ojos.

Y bueno, lo único que varía aquí es Blackgate, un juego originalmente destinado para Nintendo 3DS. El título nos lleva tres meses después de los eventos de Origins a la prisión Blackgate, que sufrió una misteriosa explosión que permite que villanos como Joker, Penguin y Black Mask adueñarse de la prisión y… claro, Batman debe ir a revisar la situación.

El juego es considerado un Metroidvania y se juega en lo denominado “2.5D”, ya que es mayormente un side-scroller pero se puede interactuar con distintas partes del escenario en “tercera dimensión” y eso le da un aire interesante o más variado que los otros juegos.

Posteriormente fue lanzado para consolas de sobremesa con mejoras visuales que se agradecen.

La saga de Arkham ha brindado muchos momentos memorables y nos ha entretenido con las violentas líneas de Batman al interrogar a sus enemigos como las interacciones con los villanos más emblemáticos de la saga, y aunque su jugabilidad pasó de ser innovadora a poco inspiradora, Arkham se posiciona como uno de los mejores juegos basados en cómics, y claro, una banda sonora digna, emotiva y que nos lleva siempre a pensar: “Esto se fue al demonio, Batman va a pasarla muy mal”.

 

¿Qué opinan ustedes de esta saga? ¿Valió la pena para ustedes tanto como para nosotros? ¿Esperan una nueva secuela o algo relacionado con Superman o Metropolis?

 

 

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